jueves, 4 de octubre de 2012

La Trinidad: el N.T. e Intentos Tempranos a Entender y Expresar la Verdad



             El Nuevo Testamento

            Desde el principio la fe de Israel fue monoteísta (Deut 6:4-6).  Sin embargo la Iglesia primitiva no tuvo ninguna duda que el Cristo resucitado era Dios mismo.   El Trinitarianismo de la Iglesia primitiva fue una deducción de su convicción que Jesucristo y el Espíritu Santo eran Personas divinas.

            El proceso de formular esta convicción fue precipitado en los primeros tres siglos especialmente por el surgimiento de Gnosticismo y la Cristología del LOGOS en el segundo siglo, por el Sabelianismo en el tercer siglo y por arrianismo en el cuarto siglo.  

            Jesucristo es Dios

            Sus nombres y títulos de Cristo en el N.T. lo hacen claro que era más que simplemente un hombre:

            Verbo  El dicho “y aquel Verbo fue hecho carne” (Jn 1:14), relaciona a Jesús tanto a la Sabiduría de Dios en el A.T. (que tiene un carácter personal, Prvo 8) y a la Ley de Dios (Deut 30:11-14; Isa 2:3) como estas son reveladas y declarados en la salida de la Palabra por la cual Dios crea, se revela, y cumple su voluntad en la historia (Sal 33:6; Isa 55:10-11; 11:4; Apoc 1:16).  Hay aquí una relación cercana entre palabra y evento.  En el N.T. viene a ser más claro que el Verbo no es simplemente un mensaje proclamado pero es Cristo mismo (cp. Efes 3:17 y Col 3:16; I Ped 1:3 y 23; Jn 8:31 y 15:7).  Lo que Pablo expresa en Col 1, Juan expresa en su prologo.  En ambos pasajes (y en Heb 1:1-14) el lugar de Cristo como Él que al principio fue el Agente de la actividad creativa de Dios se asevera.  Al dar testimonio a estos aspectos de Jesucristo, es inevitable que el N.T. debe dar testimonio a su preexistencia.  Él fue “en el principio (Jn 1:1-3; Heb 1:2-10).

            Su venida misma (Luc 12:49; Mar 1:24; 2:17) le involucra en profundo auto-humillación (II Cor 8:9; Fil 2:5-7) en cumplimiento de un propósito ordenado para él desde la fundación del mundo (Apoc 13:8).  En el Evangelio de Juan él da este testimonio en sus propias palabras (Jn 8:58; 17:5, 24).

            Pero mientras su venida del Padre no involucra disminución de su deidad, sin embargo, hay una subordinación del Hijo encarnado al Padre en la relación de amor e igualdad que subsiste entre el Padre y el Hijo (Jn 14:28), porque es el Padre quien manda y el Hijo quien es mandado (Jn 10:36), el Padre quien da y el Hijo quien recibe (Jn 5:26), el Padre quien ordena y el Hijo quien cumpla (Jn 10:18).  Cristo le pertenece a Dios, quien es la Cabeza (I Cor 3:23; 11:13), y al fin sujetará todas las cosas a Él (I Cor 15:28). 

            Pero otros términos también indican que es más que cualquier criatura:

            "Señor" (CH p 34) se aplica a Dios en la LXX.  A veces en el Nuevo Testamento se aplica a Cristo como una forma cortés de hablar (Mat 8:2).  Otras veces indica posesión de autoridad (Mat 21:3; 24:42).  Pero a veces su uso es tan expresivo de grandeza y exaltación que claramente indica la deidad de Cristo (Luc 2:11; 3:4; Hech 2:36; I Cor 12:3; Fil 2:11).  Es el Nombre dado a él por el Padre, indicando que él es Mediador.  Indica que es Señor y Amo de su pueblo y ellos son su propiedad, dado por el Padre y comprado por él.  También tiene autoridad sobre todo (Mat 28:18; Apoc 19:16).

            Aunque Pablo también usa el título “Hijo de Dios”, con más frecuencia se refiere a Jesús como “Señor”.  Este término no originó con Pablo.  Se dirige a y se refiere a Jesús como Señor en los Evangelios (Mat 7:21; Mar 11:3; Luc 6:46).  Aquí el título puede referirse primeramente a su autoridad en enseñar (Luc 11:1; 12:41), pero también puede tener un significado más profundo (Mat 8:25; Luc 5:8).  Aunque con más frecuencia se le da después de su exaltación, él mismo citó Sal 110:1 y preparó por este uso (Mar 12:35; 14:62).

            Su señorío extiende sobre el curso de la historia y todos los poderes del mal (Col 2:15; I Cor 2:6-8; 8:5; 15:24) y debe ser la preocupación gobernante en la vida de la iglesia (Efes 6:7; I Cor 7:10, 25).  Como Señor él vendrá a juzgar (II Tes 1:7).

            Aunque su obra en su humillación también es el ejercicio de señorío, fue después de la resurrección y ascensión que el título “Señor” le fue conferido espontáneamente a Jesús (Hech 2:32ss; Fil 2:1-11) por la iglesia primitiva.  Oraron a él como orarían a Dios (Hech 7:59-60; I Cor 1:2; cp. Apoc 9:14,21; 22:16).  Su nombre como Señor está enlazado en la asociación más cercana con el de Dios mismo (I Cor 1:3; II Cor 1:2; cp. Apoc 17:14; 19:16; y Deut 10:17).  A él se les refieren las promesas y atributos del “Señor” Dios (KYRIOS LXX) en el A.T. (cp. Hech 2:21, 38; Rom 10:3 y Joel 2:32; I Tes 5:2 y Amós 5:18; Fil 2:10-11 e Isa 45:23).  A él se aplican libremente el lenguaje y las formulas que se utilizan de Dios mismo, a tal punto que es difícil decidir en un pasaje como Rom 9:5 si es al Padre o al Hijo a quien se refiere.  En Jn 1:1, 18; 20:28; II Tes 1:12; I Tim 3:16; Tit 2:13; y II Ped 1:1, a Jesús se le confiesa como “Dios”.  

            "Hijo de Dios"  Este título no es utilizado por Jesús de si mismo tanto como “Hijo del Hombre” (aunque vea Mar 12:6), pero es el nombre dado a él (Luc 1:35) por la voz desde el cielo en su bautismo y transfiguración (Mar 1:11; 9:7), por Pedro en su momento de iluminación (Mat 16:16), por los demonios (Mar 5:7) y el centurión (Mar 15:39).

            Este título “Hijo de Dios” es mesiánico.  En el A.T., Israel es el “hijo” (Exod 4:22; Ose 11:1).  El rey (Sal 2:7; II Sam 7:14) y posiblemente los sacerdotes (Mal 1:6) también tienen este título.  Jesús, entonces, al utilizar y reconocer este título, está asumiendo el nombre de Uno en quien el verdadero destino de Israel se cumplirá.

            Pero el título también refleja la conciencia filial única de Jesús en medio de tal tarea mesiánica (Mat 11:27; Mar 13:32; 14:36; Sal 2:7).  Esto tiene las implicaciones cristológicas más profundas.  Él no es simplemente un hijo sino el Hijo (Jn 20:17).  Esta conciencia, que se revela en momentos cruciales en los Evangelios Sinópticos, se considera en Juan como formando el fondo conciente continuo de la vida de Jesús.  El Hijo y el Padre son uno (Jn 5:19, 30; 16:32) en voluntad (Jn 4:34; 6:38; 7:28; 8:42; 13:3) y actividad (Jn 14:10) y en dar vida eterna (Jn 10:30).  El Hijo está en el Padre y el Padre en el Hijo (Jn 10:38; 14:10).  El Hijo, como el Padre tiene vida y poder vivificante en si (Jn 5:26).  El Padre ama al Hijo (Jn 3:35; 10:17; 17:23-24) y da todas las cosas en sus manos (Jn 5:35), dándole autoridad a juzgar (Jn 5:22).  El título también implica una unidad de ser y naturaleza con el Padre, algo único de origen y preexistencia (Jn 3:16; Heb 1:2)   

            En el Nuevo Testamento el término se usa para indicar: (1) El nacimiento de Cristo - su vida terrenal tuvo un origen sobrenatural (Mat 1:18-24; Luc 1:35; Mr 1:1; 6:18-24; Jn 1:13); (2) La posición oficial de Cristo como Mesías (vea Mat 24:36; Mr 13:32; Jn 14:28).  (3) La posición de Cristo en la Trinidad. Así el título muchas veces indica la deidad de Cristo. Ser hijo en el oriente indica que es el mismo en sustancia e igual en oficio y posición (Jn 10:31-33,36).  Así el Nombre indica un sentido eterno, esencial y absoluto en relación al Padre como Primera Persona en la Trinidad.

            Aún es llamado “Dios” (Rom 9:5; Tit 2:13; Jn 1:1; Heb 1:8; I Jn 5:20).  

           
            El Espíritu Santo es Dios

            Las Escrituras hablan de El como una Persona Divina. En Jn 14-16 el pronombre masculino se aplica libremente al Espíritu. Es usado 13 veces aunque el sustantivo es neutro. En ciertas frases el Espíritu se asocia con el Padre y el Hijo de tal manera que muestra personalidad (Mat 28:18,19; I Cor 13:14). Además se identifica con nosotros como Persona (Hech 15:28).

            Tiene cualidades personales también: conocimiento (I Cor 2:10,11); voluntad (I Cor 12:11); intención (Rom 8:27); en Gal 5:22,23 todo es personal; se le puede contrísteser (Efes 4:30).

            Hace acciones personales: escudriña (I Cor 2:10); dice (Apoc 2:7); intercede (Rom 8:26); da testimonio (Jn 15:26); hace saber (Jn 16:13); guía (Rom 8:14); prohíbe (Hech 16:6,7); decide con respeto a dones (I Cor 12:11); llama a los hombres y les da oficios (Hech 13:2; 20:28).

            Su oficio como Paracleto (Consolador y Abogado) es algo personal (Jn 14:16).

            Se le puede tratar como una Persona: se puede mentir a El (Hech 5:3); blasfemar contra El (Mat 12:31,32); insultarlo (Heb 10:29); y contristarlo (Efes 4:30).

            También las acciones del Hijo y del Espíritu muestran que tienen los atributos de Dios mismo.  Por esto la Iglesia siempre ha considerado que se le debe entender a Dios como existiendo en tres Personas.

            Entonces desde el principio la Iglesia tuvo una fe trinitariana basada en la revelación de Dios en las Escrituras (Vea B.B. Warfield “La Doctrina Bíblica de la Trinidad” y “La Persona de Cristo”).  Sin embargo, pronto también personas llamándose cristianos empezaron a propagar otras ideas.  Por esto la Iglesia tenía que defender esta doctrina y luego formularla en términos científicos y en credos para hacerle claro que es lo que creyeron. 

Los Padres Apostólicos

            A veces lo que más tarde llegaron a ser considerados errores fueron los resultados de intentos genuinos de expresar las relaciones entre las Tres Personas que simplemente no probaron adecuados a la luz del desarrollo de la historia.  Pero también había ideas muy equivocadas y heréticas que tenían que corregirse.

            La doctrina de la Trinidad tuvo que ver con la cristología de la Iglesia.  Lo más enfático que era la Iglesia en insistir que Cristo es Dios, lo más importante era aclarar como Cristo se relacionó a Dios.  El punto de partido para reflexión sobre la Trinidad era el testimonio del N.T. a la presencia y actividad de Dios en Cristo y por el Espíritu. 

            Clemente de Roma menciona a los Tres en un voto: “Como vive Dios, y el Señor Jesucristo vive, y el Espíritu Santo”, y de nuevo en una pregunta “¿No tenemos a un Dios, y a un Cristo y a un Espíritu de gracia derramado sobre nosotros?” (I Clem 46:6).  Se supone la preexistencia de Cristo, porque él ha hablado por el Espíritu Santo en los Salmos (I Clem 22:1). El Espíritu Santo inspiró los ministros y profetas del A.T. (I Clem 8:1; 13:1; 16:2).  Pero no trata de explicar la relación entre los Tres.

            La segunda carta de Clemente de Roma informa a la iglesia “Hermanos, debemos pensar tanto de Jesucristo como de Dios, como del Juez de los vivos y los muertos” (II Clem 1:1).  “Siendo en primer lugar espíritu, Cristo el Señor, quien nos salvó, llegó a ser carne y así nos llamó” (II CLem 3:1).
           
            Según la Epístola de Bernabé el Espíritu inspiró los profetas del A.T. (6:14; 12:2; 19:7).   Cristo cooperó con el Padre en la creación (5:5; 6:12), conversó con Moisés (14:3) y antes de su encarnación recibió su mandato del Padre (14:6). 

            Ignacio que principalmente se oponía a ideas docéticas en contra a la humanidad de Cristo, sin embargo le llama “nuestro Dios, Jesucristo” (Efesios 16).  Claramente tiene la idea que Dios había mandado a su Hijo, el Mesías Jesús, quien había muerto, resucitado el tercer día, ascendido al cielo y regresaría en gloria (Efesios 18:2; Trailios 9; Esmirnios 1:1,2).  Cristo es Dios encarnado: “Hay un Medico quien es poseido tanto de carne como de espíritu; tanto hecho y no hecho; Dios existiendo en carne; verdadera vida en muerte; tanto de María como de Dios; primero posible y luego imposible, aún Jesucristo nuestro Señor.” (Efesios 7:2); “Dios mismo siendo manifestado en forma humana para la renovación de vida eterna” (Efesios 19:3). 

            Por el Espíritu la Virgin concibió a Cristo (Efesios 18:2).  Por medio de él Cristo estableció y confirmó los oficiales de la iglesia (Filadelfios 1:1).  Las Tres Personas se mencionan juntos (Efesios 9:1; Magnesios 13:1,2) y referencia a Cristo en su encarnación siendo sujeto al Padre (Magnesios 13:2). 

            El Didache es trinitario en su formula del bautismo (7:1-3) y en las oraciones de la eucaristía se dirige a Cristo como “el Dios de David” 

            En el Pastor de Hermas a Hermas le muestran una roca y una puerta y le dicen que representan al Hijo de Dios. El pregunta como esto puede ser porque la roca es antigua y la puerta nueva.  Se le responde que el Hijo de Dios es más antiguo que toda la creación y devino a ser el Consejero del Padre en su creación.  Por esta razón es antiguo.  Pero la puerta es nueva porque fue manifestado en los últimos días, para que los que serán salvos puedan entrar por ella al Reino de Dios.  Pero también Hermas tiene el costumbre de hablar del Espíritu Santo como “el Hijo amado” y de Cristo como el “Siervo de Dios”.  Parece que el Siervo fue adoptado por su cooperación con el Espíritu quien vivía en él.  Entonces Hermas tuvo ideas de biniterianismo desde la eternidad con el Hijo siendo adoptado para formar la Trinidad. 

            Los Apologistas

            Los Apologistas trataron de explicar la relación de Cristo con el Padre.  Básicamente vieron al Cristo preexistente como la Mente o Pensamiento del Padre.  Como manifestado en creación y revelación, fue su expresión.  Hablaron del LOGOS pero más en términos de Filón que del Evangelio de Juan.    

            Juistino Mártir (c 100-c 165) es quizás el más grande de los Apologistas, los escritores cristianos del segundo siglo quienes se preocuparon en defender el cristianismo frente a críticas paganas.  En su Primera Apología dice que la formula para el bautismo es en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (61:3, 10-13).  Arguyó que rastros de la verdad cristiana se podían encontrar en los grandes escritores paganos.  Su doctrina del Logos Spermatikos (el Verbo que da semilla) le permitió afirmar que Dios había preparado el camino para su última revelación en Cristo por indicios de su verdad en la filosofía clásica (I Apol 32:8; II Apol 8:1; 10:2; 13:3).  Así intentó relacionar el Evangelio con la filosofía griega, una tendencia que crecería en los siguientes siglos.  Pero el LOGOS era distinta de Dios por tres razones: a) Dios aparecía en el A.T. (Dial 56:4; 60:2) (en este punto parece tener una forma de subordinismo: “hay, y se dice que hay, otro Dios y Señor sujeto al Hacedor de todas las cosas; quien también es llamado un Ángel porque anuncia a los hombres cualquier que el Hacedor de todas las cosas.- sobre quien no hay otro Dios.- desea anunciar a ellos” [Dial 56:4]); b) por los pasajes en el A.T. (ejem Gen 1:26) donde Dios conversa con otro quien es un ser racional como él (Dial 62:2); c) por los textos sobre Sabiduría (Prov 8:22ss) (Dial 61).  “Perciben, mis oyentes, si prestan atención que la Escritura ha declarado que este Prole fue engendrado por el Padre antes de todas las cosas creadas; y que la que es engendrado es numéricamente distinto de lo que engendra, cualquiera admitirá” (Dial 129).  Es divino “Siendo el primogénito LOGOS de Dios, es aún Dios” (I Apol 63).  Es Dios y le adoramos.  “Porque después de Dios, adoramos y amamos al LOGOS quien es del Dios no generado e inefable, como también devino a ser hombre por nosotros, que llegando a ser participe de nuestros sufrimientos, podría también traernos sanidad” (II Apol 13:4).  Sale del Padre sin disminuir al Padre como una Palabra o fuego (Dial 61:2).  La distinción numérica no involucra el partir la esencia del Padre.  Este LOGOS se había encarnado en Cristo (I Apol 5:4; II Apol 10:1; Dial 63).  Pero es claro que está subordinado al Padre. 

            El Concepto del LOGOS    

            Logos es una palabra griego significando “palabra”.  También puede significar “pensamiento” o “racionalidad” y se le utilizó a referirse al orden, regularidad o armonía que los griegos vieron en el universo.  El uso de este término es un rasgo importante de los escritos de los Apologistas del siglo II. 

            El uso del concepto del LOGOS por Justino es parte de su intento de mostrar que cristianismo es una religión digna de hombres inteligentes.  Arguye que el cristianismo es el cumplimiento o culminación no solamente de la tradición judía del A.T. sino también de los mejores elementos en la tradición filosófica de Grecia.  El concepto del LOGOS fue usado en la filosofía griega.  Podría significar simplemente “palabra” (o sea una unidad de hablar o gramática) pero también podría significar “razón” en el sentido del poder de la razón, el poder de pensar racionalmente.  También podría tener el significado de “pensamiento”, como pensamiento y palabra se relacionan tan cercanamente.  También adquirió el significado de “orden” en el universo.  Los filósofos hablaron del LOGOS o “principio ordenante” que dirigió el universo.  Los cristianos también habían usado el término LOGOS en su teología, especialmente en el famoso pasaje en Juan 1.  También en el A.T. “la palabra de Jehová” es una idea importante.     

            Justino enfatiza que Cristo es el Verbo hecho carne, y especialmente que es el LOGOS de que todos los hombres son participes.  Dondequiera entre los poetas y filósofos se encontró la verdad, esto se debía ver como el resultado de la actividad del Verbo quien fue hecho carne en Cristo.  Justino arguye que Jesucristo es el Verbo quien hizo posible que todos los hombres pensaran racionalmente.  Fue el Verbo quien comunicó razón a todos los hombres en cada edad y quien hizo posible que los hombres llegaran a la verdad.  El mismo Verbo fue detrás del orden en el universo.  Para Justino el Verbo plantó semillas de verdad aún en escritores paganos.  Detrás de su pensamiento es la idea que es el Verbo quien da luz a cada hombre (Juan 1) para que dondequiera que se encuentra la verdad, dondequiera que los hombres usan su razón correctamente, Justino ve la actividad del Verbo divino.  La razón humana (LOGOS) es el resultado de la actividad del LOGOS de Dios.  En cada hombre hay la “semilla del LOGOS”, sembrada por el “Verbo cargador de semilla” (spermatikos Logos  II Apol 13).  Entonces los rastros de la verdad encontrados en los escritores paganos no están allí por accidente; están allí porque el Verbo divino ha sido activo entre todos los hombres desde el principio.  Justino escribe de Cristo como “el Verbo de quien cada raza de hombres fue participe”, y entonces “los quienes vivieron con razón (LOGOS) son ‘cristianos’ aunque se pensaron que fueron ateos” (I Apol 46).  El punto de Justino aquí no es que todas las religiones llevan a Cristo sino que los que viven por la luz de la razón son, si lo saben o no, siendo guiados por Cristo, el verdadero LOGOS.  Arguye que las verdades que los poetas y los filósofos conocían solamente oscura y parcialmente han sido dado su expresión más plena en Cristo.  Además, “Cualesquiera cosas fueron dichas correctamente entre todos los hombres son la propiedad de nosotros los cristianos” (II Apol 13).  Está arguyendo que el cristianismo resume no solamente el A.T.  pero también los mejores elementos en la tradición intelectual griega, así que llegar a ser un cristiano no es, para usar una expresión moderna, “suicidio intelectual” sino es en realidad llegar a ser un filósofo, un “amante de la sabiduría”, en el sentido más pleno del término.  El cristianismo no es entonces una religión de superstición y barbaridad; no es una religión simplemente para los no educados y los ignorantes.  En realidad el cristianismo presenta en su plenitud aquella verdad que fue conocida solamente parcialmente por los sabios griegos.  Cristo, el LOGOS quien llegó a ser carne fue el mismo LOGOS quien comunicó un grado de verdad a los poetas y filósofos.  Por creer en Cristo los hombres pueden encontrar la verdad en toda su plenitud. 
           
            Justino ve al Verbo como la expresión del Ser del Padre.  Ve al Verbo como un Ser distinto y personal.- fue al Verbo que Dios dijo “hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”.  También fue el Verbo quien apareció y habló en las teofanías del A.T.  Mientras el Verbo fue un concepto abstracto a los griegos, a Justino él es un Ser divino distinto y personal.

            Tatiano, Teofilo y Atenagoro siguieron a Justino en su doctrina del LOGOS.  Ninguno de los Apologistas tuvo una doctrina desarrollado del Espíritu Santo, pero todos le vieron como un Tercero en la Triada de Dios.

            Comentarios Suplementarios sobre el Modelo del LOGOS

            Ventajas de Usar el Término LOGOS

1.                  Fue un término con que los paganos educados fueron familiarizados.

2.                  Fue un término que ayudó quitar cualquier mal entendimiento causado por la expresión “Hijo de Dios”.  Los dioses greco-romanos tuvieron hijos e hijas y el uso cristiano de “Hijo de Dios” sin explicación alguna, podría crear en la mente pagana tal idea.  La idea del LOGOS enfatizó que “Hijo” en este caso no tuvo el significado físico sino más bien que la generación del Hijo se podría comparar a la manera en que una mente genera o produce una palabra o pensamiento.

3.                  El término se podía usar a enfatizar la relación cercana entre el Padre y el Verbo \ Hijo y también a enfatizar la distinción entre ellos.  Una mente y el LOGOS que produce son distintos pero cercanamente relacionados.


Desventajas del Modelo del LOGOS

            Los Apologistas mismos no apreciaron plenamente algunas de estas desventajas.  Primeramente necesitamos retroceder al punto de vista de los Apologistas en cuanto a la creación, que básicamente fue que Dios creó todas las cosas a través de su Palabra,  Teofilo indicó la relación entre el LOGOS “inmanente” y el LOGOS “expresado”.  El cuadro que tiene es de una palabra en la mente llegando a ser una palabra expresada.  Entonces el modelo es de Dios el Padre expresándose o mandando su Palabra para crear el mundo.  De esto surge la pregunta: ¿Qué fue el LOGOS antes que Dios el Padre empezó la obra de creación? ¿Fue el LOGOS un ser distinto personal? O ¿fue el LOGOS más como un pensamiento impersonal en la mente del Padre?  ¿No poseía una realidad distinta antes de ser mandado en la obra de creación?  Las siguientes dos ideas se enlacen cercanamente en los Apologistas: a) el mandar de la Palabra y b) la creación del mundo.  Pero se da la impresión que a) está en algún sentido dependiente de b).  Otra pregunta que surge por causa de este modelo es que el LOGOS parece ser subordinado a, o en un nivel más bajo que, el Padre.  Esto es porque los Apologistas tuvieron la tendencia de hablar del LOGOS como un tipo de término medio entre Dios y la creación.  Se da la impresión que Dios el Padre es trascendente y en algún lugar remoto del mundo, mientras el LOGOS, el Agente o Instrumento de Dios, es realmente activo en el mundo.  Es el LOGOS quien, como si fuera, “se involucra”.  Este indicio de subordenacionismo en los Apologistas no fue intencional, porque las implicancias plenas del modelo del LOGOS nunca fueron exploradas por ellos.  El concepto no estaba siendo explorado exhaustiva o sistemáticamente.           

            Los Apologistas estaban intentando explicar teología cristiana a intelectuales no cristianos y su problema es uno que afecta la teología en cada etapa.  Es el problema de saber cuando y como usar conceptos o maneras de pensar no cristianos para explicar la fe cristiana.  Los Apologistas intentaron usar el concepto del LOGOS como un puente entre el cristianismo y la filosofía, sin embargo el modelo crea una tensión.  Doctrina cristiana enseñó que el Hijo eterno fue una Palabra personal, mientras el concepto griego del LOGOS fue uno impersonal.  

            El concepto del  Logos sería muy importante más tarde en la teología de la Iglesia.

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