El Nuevo Testamento
Desde el principio la
fe de Israel fue monoteísta (Deut 6:4-6).
Sin embargo la Iglesia
primitiva no tuvo ninguna duda que el Cristo resucitado era Dios mismo. El Trinitarianismo de la Iglesia primitiva fue una
deducción de su convicción que Jesucristo y el Espíritu Santo eran Personas
divinas.
El proceso de formular
esta convicción fue precipitado en los primeros tres siglos especialmente por
el surgimiento de Gnosticismo y la Cristología del LOGOS en el segundo siglo, por el
Sabelianismo en el tercer siglo y por arrianismo en el cuarto siglo.
Jesucristo es Dios
Sus nombres y títulos de
Cristo en el N.T. lo hacen claro que era más que simplemente un hombre:
“Verbo” El
dicho “y aquel Verbo fue hecho carne”
(Jn 1:14), relaciona a Jesús tanto a la Sabiduría de Dios en el A.T. (que tiene un
carácter personal, Prvo 8) y a la
Ley de Dios (Deut 30:11-14; Isa 2:3) como estas son reveladas
y declarados en la salida de la
Palabra por la cual Dios crea, se revela, y cumple su
voluntad en la historia (Sal 33:6; Isa 55:10-11; 11:4; Apoc 1:16). Hay aquí una relación
cercana entre palabra y evento. En el N.T. viene a ser más claro que el Verbo
no es simplemente un mensaje proclamado pero es Cristo mismo (cp. Efes 3:17 y Col 3:16; I Ped 1:3 y 23; Jn 8:31 y 15:7). Lo
que Pablo expresa en Col 1, Juan expresa en su prologo. En ambos pasajes (y en Heb 1:1-14) el lugar
de Cristo como Él que al principio fue el Agente de la actividad creativa de
Dios se asevera. Al dar testimonio a
estos aspectos de Jesucristo, es inevitable que el N.T. debe dar testimonio a
su preexistencia. Él fue “en el principio” (Jn 1:1-3; Heb 1:2-10).
Su venida misma (Luc 12:49; Mar 1:24; 2:17) le
involucra en profundo auto-humillación (II Cor 8:9; Fil 2:5-7) en cumplimiento
de un propósito ordenado para él desde la fundación del mundo (Apoc 13:8). En el Evangelio de Juan él da este testimonio
en sus propias palabras (Jn 8:58; 17:5, 24).
Pero
mientras su venida del Padre no involucra disminución de su deidad, sin
embargo, hay una subordinación del Hijo encarnado al Padre en la relación de
amor e igualdad que subsiste entre el Padre y el Hijo (Jn 14:28), porque es el
Padre quien manda y el Hijo quien es mandado (Jn 10:36), el Padre quien da y el
Hijo quien recibe (Jn 5:26), el Padre quien ordena y el Hijo quien cumpla (Jn
10:18). Cristo le pertenece a Dios,
quien es la Cabeza
(I Cor 3:23; 11:13), y al fin sujetará todas las cosas a Él (I Cor 15:28).
Pero otros términos también indican que es más que cualquier criatura:
"Señor" (CH p 34) se aplica a
Dios en la LXX. A veces en el Nuevo
Testamento se aplica a Cristo como una forma cortés de hablar (Mat 8:2). Otras veces indica posesión de autoridad (Mat
21:3; 24:42). Pero a veces su uso es tan
expresivo de grandeza y exaltación que claramente indica la deidad de Cristo
(Luc 2:11; 3:4; Hech 2:36; I Cor 12:3; Fil 2:11). Es el Nombre dado a él por el Padre,
indicando que él es Mediador. Indica que
es Señor y Amo de su pueblo y ellos son su propiedad, dado por el Padre y
comprado por él. También tiene autoridad
sobre todo (Mat 28:18; Apoc 19:16).
Aunque Pablo también
usa el título “Hijo de Dios”, con más
frecuencia se refiere a Jesús como “Señor”. Este
término no originó con Pablo. Se dirige
a y se refiere a Jesús como Señor en los Evangelios (Mat 7:21; Mar 11:3; Luc
6:46). Aquí el título puede referirse
primeramente a su autoridad en enseñar (Luc 11:1; 12:41), pero también puede
tener un significado más profundo (Mat 8:25; Luc 5:8). Aunque con más frecuencia se le da después de
su exaltación, él mismo citó Sal 110:1 y preparó por este uso (Mar 12:35;
14:62).
Su
señorío extiende sobre el curso de la historia y todos los poderes del mal (Col
2:15; I Cor 2:6-8; 8:5; 15:24) y debe ser la preocupación gobernante en la vida
de la iglesia (Efes 6:7; I Cor 7:10, 25).
Como Señor él vendrá a juzgar (II Tes 1:7).
Aunque su obra en su humillación también es el
ejercicio de señorío, fue después de la resurrección y ascensión que el título “Señor” le fue conferido espontáneamente
a Jesús (Hech 2:32ss; Fil 2:1-11) por la iglesia primitiva. Oraron a él como orarían a Dios (Hech
7:59-60; I Cor 1:2; cp. Apoc 9:14,21; 22:16). Su
nombre como Señor está enlazado en la asociación más cercana con el de Dios mismo
(I Cor 1:3; II Cor 1:2; cp. Apoc 17:14; 19:16; y Deut
10:17). A él se les refieren las promesas y atributos del “Señor” Dios (KYRIOS
LXX) en el A.T. (cp. Hech 2:21, 38; Rom 10:3 y Joel 2:32; I Tes 5:2 y Amós
5:18; Fil 2:10-11 e Isa 45:23). A él se
aplican libremente el lenguaje y las formulas que se utilizan de Dios mismo, a
tal punto que es difícil decidir en un pasaje como Rom 9:5 si es al Padre o al
Hijo a quien se refiere. En Jn 1:1, 18;
20:28; II Tes 1:12; I Tim 3:16; Tit 2:13; y II Ped 1:1, a Jesús se le confiesa
como “Dios”.
"Hijo de Dios" Este título no es utilizado por Jesús de si mismo tanto como “Hijo del Hombre” (aunque vea Mar 12:6),
pero es el nombre dado a él (Luc 1:35) por la voz desde el cielo en su bautismo
y transfiguración (Mar 1:11; 9:7), por Pedro en su momento de iluminación (Mat
16:16), por los demonios (Mar 5:7) y el centurión (Mar 15:39).
Este título “Hijo de Dios” es mesiánico. En el A.T., Israel es el “hijo” (Exod 4:22;
Ose 11:1). El rey (Sal 2:7; II Sam 7:14)
y posiblemente los sacerdotes (Mal 1:6) también tienen este título. Jesús, entonces, al utilizar y reconocer este
título, está asumiendo el nombre de Uno en quien el verdadero destino de Israel
se cumplirá.
Pero el título también
refleja la conciencia filial única de Jesús en medio de tal tarea mesiánica
(Mat 11:27; Mar 13:32; 14:36; Sal 2:7). Esto
tiene las implicaciones cristológicas más profundas. Él
no es simplemente un hijo sino el Hijo (Jn 20:17). Esta conciencia, que se revela en momentos
cruciales en los Evangelios Sinópticos, se considera en Juan como formando el
fondo conciente continuo de la vida de Jesús.
El Hijo y el Padre son uno (Jn 5:19, 30; 16:32) en voluntad (Jn 4:34;
6:38; 7:28; 8:42; 13:3) y actividad (Jn 14:10) y en dar vida eterna (Jn
10:30). El Hijo está en el Padre y el
Padre en el Hijo (Jn 10:38; 14:10). El
Hijo, como el Padre tiene vida y poder vivificante en si (Jn 5:26). El Padre ama al Hijo (Jn 3:35; 10:17;
17:23-24) y da todas las cosas en sus manos (Jn 5:35), dándole autoridad a
juzgar (Jn 5:22). El título también
implica una unidad de ser y naturaleza con el Padre, algo único de origen y
preexistencia (Jn 3:16; Heb 1:2)
En el Nuevo Testamento el término se usa para indicar: (1) El
nacimiento de Cristo - su vida terrenal tuvo un origen sobrenatural (Mat
1:18-24; Luc 1:35; Mr 1:1; 6:18-24; Jn 1:13); (2) La posición oficial de Cristo
como Mesías (vea Mat 24:36; Mr 13:32; Jn 14:28). (3) La posición de Cristo en la Trinidad. Así el
título muchas veces indica la deidad de Cristo. Ser hijo en el oriente indica
que es el mismo en sustancia e igual en oficio y posición (Jn
10:31-33,36). Así el Nombre indica un
sentido eterno, esencial y absoluto en relación al Padre como Primera Persona
en la Trinidad.
Aún es llamado “Dios” (Rom 9:5; Tit 2:13; Jn 1:1; Heb
1:8; I Jn 5:20).
El Espíritu Santo
es Dios
Las Escrituras hablan
de El como una Persona Divina. En Jn 14-16 el pronombre masculino se aplica
libremente al Espíritu. Es usado 13 veces aunque el sustantivo es neutro. En
ciertas frases el Espíritu se asocia con el Padre y el Hijo de tal manera que
muestra personalidad (Mat 28:18,19; I Cor 13:14). Además se identifica con
nosotros como Persona (Hech 15:28).
Tiene cualidades
personales también: conocimiento (I Cor 2:10,11); voluntad (I Cor 12:11);
intención (Rom 8:27); en Gal 5:22,23 todo es personal; se le puede contrísteser
(Efes 4:30).
Hace acciones
personales: escudriña (I Cor 2:10); dice (Apoc 2:7); intercede (Rom 8:26); da
testimonio (Jn 15:26); hace saber (Jn 16:13); guía (Rom 8:14); prohíbe (Hech
16:6,7); decide con respeto a dones (I Cor 12:11); llama a los hombres y les da
oficios (Hech 13:2; 20:28).
Su oficio como
Paracleto (Consolador y Abogado) es algo personal (Jn 14:16).
Se le puede tratar
como una Persona: se puede mentir a El (Hech 5:3); blasfemar contra El (Mat
12:31,32); insultarlo (Heb 10:29); y contristarlo (Efes 4:30).
También las acciones
del Hijo y del Espíritu muestran que tienen los atributos de Dios mismo. Por esto la Iglesia siempre ha
considerado que se le debe entender a Dios como existiendo en tres Personas.
Entonces desde el
principio la Iglesia
tuvo una fe trinitariana basada en la revelación de Dios en las Escrituras (Vea
B.B. Warfield “La Doctrina Bíblica
de la Trinidad”
y “La Persona
de Cristo”). Sin embargo, pronto también
personas llamándose cristianos empezaron a propagar otras ideas. Por esto la Iglesia tenía que defender
esta doctrina y luego formularla en términos científicos y en credos para
hacerle claro que es lo que creyeron.
Los
Padres Apostólicos
A veces lo que más tarde llegaron a
ser considerados errores fueron los resultados de intentos genuinos de expresar
las relaciones entre las Tres Personas que simplemente no probaron adecuados a
la luz del desarrollo de la historia.
Pero también había ideas muy equivocadas y heréticas que tenían que
corregirse.
La doctrina de la Trinidad tuvo que ver con
la cristología de la Iglesia. Lo más enfático que era la Iglesia en insistir que
Cristo es Dios, lo más importante era aclarar como Cristo se relacionó a Dios. El punto de partido para reflexión sobre la Trinidad era el
testimonio del N.T. a la presencia y actividad de Dios en Cristo y por el
Espíritu.
Clemente de Roma menciona a los Tres en un voto: “Como vive Dios, y el Señor Jesucristo vive, y el Espíritu Santo”,
y de nuevo en una pregunta “¿No tenemos a
un Dios, y a un Cristo y a un Espíritu de gracia derramado sobre nosotros?”
(I Clem 46:6). Se supone la
preexistencia de Cristo, porque él ha hablado por el Espíritu Santo en los
Salmos (I Clem 22:1). El Espíritu Santo inspiró los ministros y profetas del
A.T. (I Clem 8:1; 13:1; 16:2). Pero no
trata de explicar la relación entre los Tres.
La segunda
carta de Clemente de Roma informa a
la iglesia “Hermanos, debemos pensar tanto de Jesucristo como de Dios, como
del Juez de los vivos y los muertos” (II
Clem 1:1). “Siendo en primer lugar espíritu, Cristo el Señor, quien nos salvó,
llegó a ser carne y así nos llamó” (II CLem 3:1).
Según
la Epístola
de Bernabé el Espíritu inspiró los profetas del A.T. (6:14; 12:2;
19:7). Cristo cooperó con el Padre en
la creación (5:5; 6:12), conversó con Moisés (14:3) y antes de su encarnación
recibió su mandato del Padre (14:6).
Ignacio
que principalmente se oponía a ideas docéticas en contra a la humanidad de
Cristo, sin embargo le llama “nuestro
Dios, Jesucristo” (Efesios 16).
Claramente tiene la idea que Dios había mandado a su Hijo, el Mesías
Jesús, quien había muerto, resucitado el tercer día, ascendido al cielo y
regresaría en gloria (Efesios 18:2; Trailios 9; Esmirnios 1:1,2). Cristo es Dios encarnado: “Hay un Medico quien es poseido tanto de
carne como de espíritu; tanto hecho y no hecho; Dios existiendo en carne;
verdadera vida en muerte; tanto de María como de Dios; primero posible y luego
imposible, aún Jesucristo nuestro Señor.” (Efesios 7:2); “Dios mismo siendo manifestado en forma
humana para la renovación de vida eterna” (Efesios 19:3).
Por el Espíritu la Virgin concibió a Cristo
(Efesios 18:2). Por medio de él Cristo
estableció y confirmó los oficiales de la iglesia (Filadelfios 1:1). Las Tres Personas se mencionan juntos
(Efesios 9:1; Magnesios 13:1,2) y referencia a Cristo en su encarnación siendo
sujeto al Padre (Magnesios 13:2).
El Didache es trinitario en su
formula del bautismo (7:1-3) y en las oraciones de la eucaristía se dirige a
Cristo como “el Dios de David”
En el Pastor de Hermas a
Hermas le muestran una roca y una puerta y le dicen que representan al Hijo de
Dios. El pregunta como esto puede ser porque la roca es antigua y la puerta
nueva. Se le responde que el Hijo de
Dios es más antiguo que toda la creación y devino a ser el Consejero del Padre
en su creación. Por esta razón es
antiguo. Pero la puerta es nueva porque
fue manifestado en los últimos días, para que los que serán salvos puedan
entrar por ella al Reino de Dios. Pero
también Hermas tiene el costumbre de hablar del Espíritu Santo como “el Hijo amado” y de Cristo como el “Siervo de Dios”. Parece que el Siervo fue adoptado por su
cooperación con el Espíritu quien vivía en él. Entonces Hermas tuvo ideas
de biniterianismo desde la eternidad con el Hijo siendo adoptado para formar la Trinidad.
Los Apologistas
Los Apologistas trataron de explicar
la relación de Cristo con el Padre.
Básicamente vieron al Cristo preexistente como la Mente o Pensamiento del
Padre. Como manifestado en creación y
revelación, fue su expresión. Hablaron
del LOGOS pero más en términos de Filón que del Evangelio de Juan.
Juistino Mártir (c 100-c 165) es
quizás el más grande de los Apologistas, los escritores cristianos del segundo
siglo quienes se preocuparon en defender el cristianismo frente a críticas
paganas. En su Primera Apología dice que la formula para el bautismo es en el
Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (61:3, 10-13). Arguyó que rastros de la verdad cristiana se
podían encontrar en los grandes escritores paganos. Su doctrina del Logos Spermatikos (el Verbo que da semilla) le permitió afirmar que
Dios había preparado el camino para su última revelación en Cristo por indicios
de su verdad en la filosofía clásica (I Apol 32:8; II Apol 8:1; 10:2; 13:3). Así intentó relacionar el Evangelio con la
filosofía griega, una tendencia que crecería en los siguientes siglos. Pero el LOGOS era distinta de Dios por tres
razones: a) Dios aparecía en el A.T. (Dial 56:4; 60:2) (en este punto parece
tener una forma de subordinismo: “hay, y
se dice que hay, otro Dios y Señor sujeto al Hacedor de todas las cosas; quien
también es llamado un Ángel porque anuncia a los hombres cualquier que el
Hacedor de todas las cosas.- sobre quien no hay otro Dios.- desea anunciar a
ellos” [Dial 56:4]); b) por los pasajes en el A.T. (ejem Gen 1:26) donde
Dios conversa con otro quien es un ser racional como él (Dial 62:2); c) por los
textos sobre Sabiduría (Prov 8:22ss) (Dial 61).
“Perciben, mis oyentes, si prestan
atención que la Escritura
ha declarado que este Prole fue engendrado por el Padre antes de todas las
cosas creadas; y que la que es engendrado es numéricamente distinto de lo que
engendra, cualquiera admitirá” (Dial 129).
Es divino “Siendo el primogénito LOGOS
de Dios, es aún Dios” (I Apol 63). Es
Dios y le adoramos. “Porque después de Dios, adoramos y amamos al LOGOS quien es del Dios
no generado e inefable, como también devino a ser hombre por nosotros, que
llegando a ser participe de nuestros sufrimientos, podría también traernos
sanidad” (II Apol 13:4). Sale del
Padre sin disminuir al Padre como una Palabra o fuego (Dial 61:2). La distinción numérica no involucra el partir
la esencia del Padre. Este LOGOS se
había encarnado en Cristo (I Apol 5:4; II Apol 10:1; Dial 63). Pero es claro que está subordinado al
Padre.
El Concepto del LOGOS
Logos es una palabra griego significando “palabra”. También puede
significar “pensamiento” o “racionalidad” y se le utilizó a
referirse al orden, regularidad o armonía que los griegos vieron en el
universo. El uso de este término es un
rasgo importante de los escritos de los Apologistas del siglo II.
El uso del concepto
del LOGOS por Justino es parte de su intento de mostrar que cristianismo es una
religión digna de hombres inteligentes.
Arguye que el cristianismo es el cumplimiento o culminación no solamente
de la tradición judía del A.T. sino también de los mejores elementos en la
tradición filosófica de Grecia. El
concepto del LOGOS fue usado en la filosofía griega. Podría significar simplemente “palabra” (o sea una unidad de hablar o
gramática) pero también podría significar “razón”
en el sentido del poder de la razón, el poder de pensar racionalmente. También podría tener el significado de “pensamiento”, como pensamiento y
palabra se relacionan tan cercanamente. También
adquirió el significado de “orden” en
el universo. Los filósofos hablaron del
LOGOS o “principio ordenante” que dirigió el universo. Los cristianos también habían usado el
término LOGOS en su teología, especialmente en el famoso pasaje en Juan 1. También en el A.T. “la palabra de Jehová” es una idea importante.
Justino enfatiza que
Cristo es el Verbo hecho carne, y especialmente que es el LOGOS de que todos
los hombres son participes. Dondequiera
entre los poetas y filósofos se encontró la verdad, esto se debía ver como el
resultado de la actividad del Verbo quien fue hecho carne en Cristo. Justino arguye que Jesucristo es el Verbo
quien hizo posible que todos los hombres pensaran racionalmente. Fue el Verbo quien comunicó razón a todos los
hombres en cada edad y quien hizo posible que los hombres llegaran a la
verdad. El mismo Verbo fue detrás del
orden en el universo. Para Justino el
Verbo plantó semillas de verdad aún en escritores paganos. Detrás de su pensamiento es la idea que es el
Verbo quien da luz a cada hombre (Juan 1) para que dondequiera que se encuentra
la verdad, dondequiera que los hombres usan su razón correctamente, Justino ve
la actividad del Verbo divino. La razón
humana (LOGOS) es el resultado de la actividad del LOGOS de Dios. En cada hombre hay la “semilla del LOGOS”, sembrada por el “Verbo cargador de semilla” (spermatikos
Logos II Apol 13). Entonces los rastros de la verdad encontrados
en los escritores paganos no están allí por accidente; están allí porque el
Verbo divino ha sido activo entre todos los hombres desde el principio. Justino escribe de Cristo como “el Verbo de quien cada raza de hombres fue
participe”, y entonces “los quienes
vivieron con razón (LOGOS) son ‘cristianos’ aunque se pensaron que fueron
ateos” (I Apol 46). El punto
de Justino aquí no es que todas las religiones llevan a Cristo sino que los que
viven por la luz de la razón son, si lo saben o no, siendo guiados por Cristo,
el verdadero LOGOS. Arguye que las
verdades que los poetas y los filósofos conocían solamente oscura y
parcialmente han sido dado su expresión más plena en Cristo. Además, “Cualesquiera
cosas fueron dichas correctamente entre todos los hombres son la propiedad de
nosotros los cristianos” (II Apol 13). Está arguyendo que el cristianismo resume no
solamente el A.T. pero también los
mejores elementos en la tradición intelectual griega, así que llegar a ser un
cristiano no es, para usar una expresión moderna, “suicidio intelectual” sino
es en realidad llegar a ser un filósofo, un “amante de la sabiduría”, en el
sentido más pleno del término. El
cristianismo no es entonces una religión de superstición y barbaridad; no es
una religión simplemente para los no educados y los ignorantes. En realidad el cristianismo presenta en su
plenitud aquella verdad que fue conocida solamente parcialmente por los sabios
griegos. Cristo, el LOGOS quien llegó a
ser carne fue el mismo LOGOS quien comunicó un grado de verdad a los poetas y
filósofos. Por creer en Cristo los
hombres pueden encontrar la verdad en toda su plenitud.
Justino ve al Verbo
como la expresión del Ser del Padre. Ve
al Verbo como un Ser distinto y personal.- fue al Verbo que Dios dijo “hagamos al hombre a nuestra imagen y
semejanza”. También fue el Verbo
quien apareció y habló en las teofanías del A.T. Mientras el Verbo fue un concepto abstracto a
los griegos, a Justino él es un Ser divino distinto y personal.
Tatiano, Teofilo y
Atenagoro siguieron a Justino en su doctrina del LOGOS. Ninguno de los Apologistas tuvo una doctrina
desarrollado del Espíritu Santo, pero todos le vieron como un Tercero en la Triada de Dios.
Comentarios
Suplementarios sobre el Modelo del LOGOS
Ventajas de Usar el
Término LOGOS
1.
Fue un término con que los paganos
educados fueron familiarizados.
2.
Fue un término que ayudó quitar
cualquier mal entendimiento causado por la expresión “Hijo de Dios”. Los dioses greco-romanos
tuvieron hijos e hijas y el uso cristiano de “Hijo de Dios” sin explicación alguna, podría crear en la mente
pagana tal idea. La idea del LOGOS
enfatizó que “Hijo” en este caso no
tuvo el significado físico sino más bien que la generación del Hijo se podría
comparar a la manera en que una mente genera o produce una palabra o
pensamiento.
3.
El término se podía usar a
enfatizar la relación cercana entre el Padre y el Verbo \ Hijo y también a
enfatizar la distinción entre ellos. Una
mente y el LOGOS que produce son distintos pero cercanamente relacionados.
Desventajas del Modelo del LOGOS
Los Apologistas mismos
no apreciaron plenamente algunas de estas desventajas. Primeramente necesitamos retroceder al punto
de vista de los Apologistas en cuanto a la creación, que básicamente fue que
Dios creó todas las cosas a través de su Palabra, Teofilo indicó la relación entre el LOGOS “inmanente”
y el LOGOS “expresado”. El cuadro que
tiene es de una palabra en la mente llegando a ser una palabra expresada. Entonces el modelo es de Dios el Padre
expresándose o mandando su Palabra para crear el mundo. De esto surge la pregunta: ¿Qué fue el LOGOS
antes que Dios el Padre empezó la obra de creación? ¿Fue el LOGOS un ser
distinto personal? O ¿fue el LOGOS más como un pensamiento impersonal en la
mente del Padre? ¿No poseía una realidad
distinta antes de ser mandado en la obra de creación? Las siguientes dos ideas se enlacen cercanamente
en los Apologistas: a) el mandar de la Palabra y b) la creación del mundo. Pero se da la impresión que a) está en algún
sentido dependiente de b). Otra pregunta
que surge por causa de este modelo es que el LOGOS parece ser subordinado a, o
en un nivel más bajo que, el Padre. Esto
es porque los Apologistas tuvieron la tendencia de hablar del LOGOS como un
tipo de término medio entre Dios y la creación.
Se da la impresión que Dios el Padre es trascendente y en algún lugar
remoto del mundo, mientras el LOGOS, el Agente o Instrumento de Dios, es
realmente activo en el mundo. Es el
LOGOS quien, como
si fuera, “se involucra”. Este indicio
de subordenacionismo en los Apologistas no fue intencional, porque las
implicancias plenas del modelo del LOGOS nunca fueron exploradas por ellos. El concepto no estaba siendo explorado
exhaustiva o sistemáticamente.
Los Apologistas estaban intentando explicar teología cristiana a
intelectuales no cristianos y su problema es uno que afecta la teología en cada etapa. Es
el problema de saber cuando y como usar conceptos o maneras de pensar no
cristianos para explicar la fe cristiana.
Los Apologistas intentaron usar el concepto del LOGOS como un puente
entre el cristianismo y la filosofía, sin embargo el modelo crea una
tensión. Doctrina cristiana enseñó que
el Hijo eterno fue una Palabra personal, mientras el concepto griego del
LOGOS fue uno impersonal.
El concepto del Logos sería muy importante más tarde en la
teología de la Iglesia.
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