Agustín
La última expresión de
Trinitarismo en el Oeste era la obra de Agustín
De Trinitate. Enfatiza la unidad
de esencia y la Trinidad
de Personas y rechaza cualquier idea de subordinacionismo. No trata de probar esto, sino lo acepta como
algo revelado en casi cada página de las Escrituras (De Trin 1-4). Esta es la doctrina que la Fe Católica pasa a los
creyentes (Ep 120:17: Ioh Tract 74:1).
Dios es simple y trascendente en su esencia o naturaleza. (Nota que él empieza con la naturaleza de
Dios y no con el Padre.) Esta esencia
es Trinidad. La unidad de Trinidad es
clara y subordinacionismo es imposible.
Cualquier que se afirma de Dios se afirma de cada uno de los Tres (De
Trin 5:9). Como es una y la misma sustancia
que constituye cada una de ellas “no
solamente es el Padre no más grande que el Hijo respeto a divinidad, pero Padre
e Hijo juntos no son más grandes que el Espíritu Santo, y ninguna una Persona
de las Tres es menos que la
Trinidad misma.” (De Trin 8:1).
Cada Uno posee la esencia entera y es en esto idéntica
con la esencia y con cada Una de las Otras Personas. Además no pueden estar sin los otros
nunca. Hay dependencia mutua. Tienen una sola voluntad: “donde no hay diferencia de naturalezas, no
hay de voluntades tampoco” (C. Maxim 2:10:2). Para él los teofanías del A.T. no se pueden
considerar ser del Hijo solamente, sino de cualquier de los Tres o de los Tres
a la vez. La esencia divina le pertenece
a cada Uno desde diferentes puntos de vista: como generando, generado y
existiendo por inspiración. El Espíritu
procede del Padre y del Hijo. Tienen
una relación de interpenetración e interhabitación mutua.
Esta idea que se ve en
Ireneo y Tertuliano, y especialmente en Gregorio de Nisa, es conocido como
Perichoresis (Circumincesio en latín).
Cada Persona es un Individuo, pero cada Uno participa en la vida de las
otras Dos. Hay una “comunidad de Ser” en que cada Persona, mientras manteniendo su
identidad distinta, penetra las Otras y es penetrada por Ellas. (Esto ha provisto ideas para modelos de
relaciones humanas dentro de comunidades y por teorías cristianas políticas y
sociales (Moltmann, Boff).
La doctrina de
Apropiación combatió Modalismo por decir que las obras de la Trinidad son una unidad;
cada Persona de la Trinidad
está involucrada en cada acción externa de la Deidad.
Así las Tres trabajan juntos en la creación. Desde Agustín se ha indicado que Gen 1-3
habla de la Palabra
y del Espíritu de Dios. Pero es
apropiado considerar la creación como una obra del Padre. Igualmente la Trinidad está activa en
redención, pero es apropiado ver esta como una obra del Hijo.
Mientras es verdad que
el Hijo, en distinción del Padre, nació, sufrió y resucitó, igualmente es
verdad que el Padre cooperó con el Hijo en realizar la encarnación, pasión y
resurrección; pero fue propio para el Hijo, en virtud de su relación al Padre,
ser manifestado y hecho visible. (De Trin 2:9; 2:18; Ep 11:2-4).
Cada Uno es
distinguido por sus relaciones mutuas. El
Padre Se distingue porque engendra al Hijo, el Hijo porque es engendrado (Ep
170:7; De Trin 5:6; 5:8; 5:15). El
Espíritu se distingue porque él es dado por ellos, es su “don común”, siendo un tipo de comunión del Padre y del Hijo, o el
amor que ellos juntos derraman en nuestros corazones (De Trin 5:12; 5:15-17;
8:1). No le gusta el término “Personas”
pero lo usa para evitar modalismo. Los
Tres son reales y subsistentes relaciones.
Dice esto para evitar un dilema del arrianismo de ver sustancias distintas. Son relaciones entre si: cualquier que es
cada uno es en relación a uno o los dos otros (Ioh 37: Ep 170; De Trin 5-7).
Como otros antes de
él, tuvo problemas en explicar la procesión del Espíritu o distinguirle de la
generación del Hijo (De Trin 9:17; 15:45).
Pero el Espíritu es el amor mutuo del Padre e Hijo (De Trin 15:27; cp.
5:12), el enlace consustancial que les une.
Entonces es el Espíritu de ambos. Como dice, “El Espíritu Santo no es el Espíritu de Uno de Ellos, sino de ambos”
(Ioh Tract 99:6; De Trin 1:7). La
relación del Padre y del Hijo al Espíritu es idéntica, y donde no hay
diferencia de relación su operación es inseparable (De Trin 5:15). Entonces enseñó la doctrina de la doble
procesión del Espíritu más claramente que los que vinieron antes de él (Ep
170:4; De Trin 5:12; 15:29; 15:45).
Respondiendo a la
objeción que como tanto el Hijo como el Espíritu se derive del Padre, entonces
debe haber dos Hijos dijo “el Hijo es del
Padre, el Espíritu también es del Padre.
Pero el anterior es engendrado, el último procede. Así el anterior es Hijo del Padre, de Quien
es engendrado, pero el último es el Espíritu de ambos, como él procede de
ambos... El Padre es el autor de la procesión del Espíritu porque engendró a
tal Hijo, y al engendrarle le hizo también la fuente de que el Espíritu
procede” (C. Maxim 2:14:1).
Pero Agustín va más
allá en sus ideas y arguye que el hecho que el hombre está hecho a la imagen de
Dios significa que está hecho a la imagen de la Trinidad.
Así acepta la teoría tricotimista de la naturaleza
humana. Pero va más allá aún y arguye
que se puede ver la Trinidad
en el intelecto del hombre (De Trin 11:1).
Esta tiene tres facultades, mente, conocimiento y amor (mens, notitia y amor) aunque a
veces habla de memoria, entendimiento y voluntad (memoria, inteligentia y voluntas). El proceso de percepción muestra tres
elementos que son cercanamente unidos: el objeto externo, la representación de
él por la mente y la intensión o acto de enfocar la mente (De Trin 11:2-5). Estas
ideas están demasiadas sencillas a veces y deben verse como ilustraciones y no
bases para la doctrina. Agustín tomó su
doctrina de la Trinidad
de las Escrituras, especialmente de cuarto Evangelio. Su analogía más famosa viene de allí: amante (Amans), el objeto amado (quod amatur) y el amor (Amor) que les une (De Trin 15:5;
15:10). Pero esto es un comienzo para lo
que él consideró la mejor analogía: ser, conocer y voluntad (esse, nosse, velle) (De Trin 9:2-8;
10:17-19).
Pero todo esto tiene sus
limites, es remoto e imperfecto: “una
semejanza de verdad, pero una imagen muy distante... La imagen es una cosa en
el Hijo, otra en el espejo” (Serm 52:17; cp. De Trin 9:17; 10:19).
Tomadas juntas las
ideas de Perichoresis y Apropiación
nos permiten pensar en la
Deidad como una “Comunidad de Ser” en que todo es compartido,
unido e intercambiado mutualmente.
Padre, Hijo y Espíritu Santo son diferenciaciones dentro de la Deidad que se ven dentro de
la economía de redención. Pero
necesitamos recordar que la auto-revelación de Dios corresponde a su naturaleza
esencial. La Trinidad Económica
corresponde a la realidad de la Trinidad
Ontológica. Aunque el
Hijo y el Espíritu parecen ser subordinados al Padre en la historia, en la
eternidad Todos son co-iguales.
Agustín vio al
Espíritu como el amor que une al Padre y al Hijo. Identificando al Hijo con Sabiduría (Sapientia), identifica al Espíritu con
Amor (Caritas). No tiene base bíblica para esto, pero es una
inferencia razonable. El Espíritu nos
hace vivir en Dios y Dios en nosotros.
Es el Don divino que nos une a Dios y produce comunión entre nosotros y
él. Entonces hay una relación
correspondiente dentro de la
Trinidad misma. Como
unión es el efecto de amor, el Espíritu es amor. El don más grande de Dios es amor (I Cor
13:13). El Don más grande de Dios es el
Espíritu Santo. Entonces el Espíritu
Santo es Amor.
Uno de los problemas con las ideas de Agustín es que en el Oeste el
concepto del Espíritu como el enlace entre el Padre y el Hijo le presenta como
menos que una Persona. Esto nunca fue la
intensión de Agustín y nadie lo interpreta así formalmente. Sin embargo, muchas veces es visto como una
fuerza más bien que una Persona.
Como ya hemos mencionado, la única
adición importante al Credo de Nicea-Constantinopla desde 381 ha sido la inclusión por
el Sínodo de Toledo en 589 de la cláusula “filioque”,
que marca la diferencia entre el Este y el Oeste sobre el tema de la “procesión” del Espíritu Santo. La
Iglesia del Este lee el Credo “procede del Padre”, mientras la Iglesia del Oeste lo tiene “procede del Padre y del Hijo”.
La disputa indica una diferencia que ha existido en estas Iglesias desde
el principio, y se explica fácilmente de sus respetivas condiciones. La
Iglesia del Este tuvo que tratar con arrianos y macedonios,
quienes hicieron al Espíritu una criatura del Hijo, o le vieron por lo menos
como inferior en dignidad, porque fue
traído a existencia por la mediación del Hijo
Entonces trató de salvaguardar su plena divinidad por representarle como
procediendo sola e inmediatamente del Padre.- el principio (arch) o fuente (phgh) de la Deidad. Los Capadocios y Juan de
Damasco enfatizaron al Padre como la fuente de la Trinidad. El Padre es la Garantía de la Unidad de la Deidad.- el único
principio, fuente y causa del Hijo y del Espíritu. Así el Espíritu procede del Padre a
solas. Gregorio de Nacianzo corrigió
este énfasis con su enseñanza que la Monarquía es toda la Trinidad y no el Padre a
solas, pero este énfasis primaria queda.
El
Oeste, por otro lado, empezó con la identidad de la sustancia del Padre y del
Hijo, y, deseando conservar la verdad que el Espíritu es tan verdaderamente el
Espíritu del Hijo como del Padre.- de otra manera los dos no fueron considerados
ser iguales.- expresó esto por decir que el Espíritu procede de ambos, Padre e
Hijo. La influencia de Agustín en el
Oeste se nota hasta hoy. El empezó con
la esencia de Dios como la base de su doctrina de la Trinidad. La teología del Oeste le siguió
por empezar con la sola esencia. La amenaza continua del Arrianismo en le
Oeste, especialmente en España, lleví a la Iglesia a enfatizar la
consustancialidad del Padre y del Hijo.
El Sínodo de Toledo en que se dio sanción eclesiástica a esta doctrina,
se realizó en la ocasión de la conversión de los godos del Arrianismo a la Fe Católica. La cláusula filioque salvaguardó la identidad de la
sustancia del Padre y del Hijo.
Los
del Este rechazaron esta formula totalmente, y la división así originando nunca
se ha sanado. Llegó a ser más grave en
el siglo IX cuando el Patriarca Focio insistía que el Espíritu procede del
Padre a solas y acusó el Oeste de
decir que él procede del Padre y del Hijo como dos principios distintos. Esto no era lo que Agustín dijo. La ruptura fue completa en 1054 con mutua
excomulgaciones por el Papa y el Patriarca de Constantinopla. En 1965 el Papa Pablo VI y el Patriarca
Atenagoras I retiraron los anatemas de 1054.
Problemas
en el Este y el Oeste
Hay
problemas con ambas posiciones.
1. El debate se centra en las Personas
entendidas en términos de relaciones de origen.
El N.T. indica relaciones muchas más complejas y sutiles que las
formulas del Este y del Oeste.
2. El Oeste ha acusado al Este de una
tendencia a triteísmo por empezar con el Padre y no la Esencia de Dios en
si. Hay poca evidencia de esto. La Monarquía del Padre, la consustancialidad de las
Personas y el Perichoresis garantizan esto.
3. Pero la separación en el Este entre
Dios y sus energías, especialmente
después de Juan de Damasco, resultan en un énfasis en la Trinidad económica que no
necesariamente refleja la
Trinidad ontológica.
Esto en torno sugiere que lo que Dios es en revelación es distinto de lo
que es en si. La consecuencia de esto es
la conclusión que no podemos conocer a Dios como es, sino solamente como se ha
revelado, que, en este caso, no es lo mismo.
4. En el Oeste el peligro de Modalismo es
real, hasta el siglo XX. Si empecemos
con la Unidad,
entonces las Personas llegan a ser problemáticas como verdaderas, personales,
permanentes irreducibles y eternas distinciones ontológicas.
5. La cláusula filioque es engañosa por tres posibles razones. Primero, si el Espíritu procediera de dos
fuentes separadas, la
Monarquía del Padre sería socavada. Esto no es como se le ha entendido, pero la
frase se presta a este tipo de interpretación.
Segundo, si el sentido de Agustín, que el Espíritu procede del Padre y del
Hijo como una sola fuente es verdad, la distinción entre el Padre y el Hijo se oscurece. El Hijo no es lo mismo que el Padre, siempre
es Hijo y el Padre siempre es Padre, entonces su relación
al Espíritu no es igual que la del Padre al Espíritu. Esto se tiene que tomar en cuenta. Tercero, parece haber cierta evidencia de una
tendencia de subordinar el Espíritu si se necesita el filioque a apoyar la consustancialidad del Hijo al Padre. Si la deidad del Hijo requiere que el sea la
fuente de la espiración del Espíritu ¿dónde deja esto al Espíritu quien no es
la fuente de ningún otro hipostasis?
Los atributos de la naturaleza divina se
comparten entre todas las Tres Personas, pero las propiedades divinas se
mantienen por una Persona. Pero aquí una
propiedad (epiración) se comparte por Dos Personas, mientras la Tercera se excluye.
La
Edad Media en el Oeste
Por la Edad Media,
mientras algunos tenían teorías confusas la gran mayoría mantenía la doctrina
ortodoxa. Las diversas teorías solamente
servían a reforzar la posición ortodoxa por ser respondidas. Sin embargo, en el Oeste había cierto
racionalismo en las explicaciones y exposiciones de Anselmo (1033-1109) y Aquino
(1225-74). El último en su Suma
Contra Gentiles empieza su trato de Dios hablando de su existencia y
esencia, la naturaleza y atributos del único Dios en parte 1, pero reserva su
trato de la Trinidad
y las relaciones entre las Personas hasta parte 4. Se puede ver esto como un intento de combatir
el Islam, pero aún así es un mal intento.
En su Summa Theologica parte 1ª Aquino habla del único Dios en
cuestiones 2-26 y solamente en 27 llega a la Trinidad.
En esto sigue a Agustín quien empezó con la única
esencia divina primero y luego llegó a hablar de las Personas y sus relaciones. Pero en realidad Aquino mientras habla de
Tres Personas en una sola Esencia, también dice que lo que distingue entre las
Personas son sus propiedades o sea paternidad para el Padre, filiación para el
Hijo, entonces es mejor decir que se distinguen por sus relaciones (Padre,
Hijo) que por sus orígenes (engendrador, engendrado). No se distinguen por su ser, ni por nada
absoluto (esencia), sino por algo relativo.- así relación es suficiente para su
distinción (ST parte 1ª p 40 Art 1,2).
Lo que Aquino llama “nociones” o,
como diríamos nosotros “propiedades” (paternidad, filiación, espiración,
procesión) difieren de las relaciones de las Personas solamente en su modo de
significación, y en realidad son lo mismo.
Por ejemplo, es de la naturaleza misma del Padre engendrar al Hijo, no
lo hace como un hecho de su voluntad, aparte de la unidad de la voluntad divina
en la eternidad (ST parte 1ª p 41 Art 1,2).
En otras palabras no era posible que el Hijo no existiera. Las Tres son iguales porque son de la misma
esencia (ST parte 1ª p 42 Art 1). Así “concluimos que el Hijo existía cuandoquiera
el Padre existía y así el Hijo es coeterno con el Padre y de la misma manera el
Espíritu Santo es coeterno con ambos.
“Como
dice Agustín (De Verbis Domini, Serm. 38),
ningún modo de la procesión de cualquier criatura perfectamente representa la
generación divina.” Así no
decimos que lo engendrado existe después del que le engendró como en relaciones
humanas. “Eternidad excluye el principio de duración, pero no el principio de
origen” (ST parte 1ª p 42 Art 2).
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