jueves, 4 de octubre de 2012

La Trinidad: el N.T. e Intentos Tempranos a Entender y Expresar la Verdad



             El Nuevo Testamento

            Desde el principio la fe de Israel fue monoteísta (Deut 6:4-6).  Sin embargo la Iglesia primitiva no tuvo ninguna duda que el Cristo resucitado era Dios mismo.   El Trinitarianismo de la Iglesia primitiva fue una deducción de su convicción que Jesucristo y el Espíritu Santo eran Personas divinas.

            El proceso de formular esta convicción fue precipitado en los primeros tres siglos especialmente por el surgimiento de Gnosticismo y la Cristología del LOGOS en el segundo siglo, por el Sabelianismo en el tercer siglo y por arrianismo en el cuarto siglo.  

            Jesucristo es Dios

            Sus nombres y títulos de Cristo en el N.T. lo hacen claro que era más que simplemente un hombre:

            Verbo  El dicho “y aquel Verbo fue hecho carne” (Jn 1:14), relaciona a Jesús tanto a la Sabiduría de Dios en el A.T. (que tiene un carácter personal, Prvo 8) y a la Ley de Dios (Deut 30:11-14; Isa 2:3) como estas son reveladas y declarados en la salida de la Palabra por la cual Dios crea, se revela, y cumple su voluntad en la historia (Sal 33:6; Isa 55:10-11; 11:4; Apoc 1:16).  Hay aquí una relación cercana entre palabra y evento.  En el N.T. viene a ser más claro que el Verbo no es simplemente un mensaje proclamado pero es Cristo mismo (cp. Efes 3:17 y Col 3:16; I Ped 1:3 y 23; Jn 8:31 y 15:7).  Lo que Pablo expresa en Col 1, Juan expresa en su prologo.  En ambos pasajes (y en Heb 1:1-14) el lugar de Cristo como Él que al principio fue el Agente de la actividad creativa de Dios se asevera.  Al dar testimonio a estos aspectos de Jesucristo, es inevitable que el N.T. debe dar testimonio a su preexistencia.  Él fue “en el principio (Jn 1:1-3; Heb 1:2-10).

            Su venida misma (Luc 12:49; Mar 1:24; 2:17) le involucra en profundo auto-humillación (II Cor 8:9; Fil 2:5-7) en cumplimiento de un propósito ordenado para él desde la fundación del mundo (Apoc 13:8).  En el Evangelio de Juan él da este testimonio en sus propias palabras (Jn 8:58; 17:5, 24).

            Pero mientras su venida del Padre no involucra disminución de su deidad, sin embargo, hay una subordinación del Hijo encarnado al Padre en la relación de amor e igualdad que subsiste entre el Padre y el Hijo (Jn 14:28), porque es el Padre quien manda y el Hijo quien es mandado (Jn 10:36), el Padre quien da y el Hijo quien recibe (Jn 5:26), el Padre quien ordena y el Hijo quien cumpla (Jn 10:18).  Cristo le pertenece a Dios, quien es la Cabeza (I Cor 3:23; 11:13), y al fin sujetará todas las cosas a Él (I Cor 15:28). 

            Pero otros términos también indican que es más que cualquier criatura:

            "Señor" (CH p 34) se aplica a Dios en la LXX.  A veces en el Nuevo Testamento se aplica a Cristo como una forma cortés de hablar (Mat 8:2).  Otras veces indica posesión de autoridad (Mat 21:3; 24:42).  Pero a veces su uso es tan expresivo de grandeza y exaltación que claramente indica la deidad de Cristo (Luc 2:11; 3:4; Hech 2:36; I Cor 12:3; Fil 2:11).  Es el Nombre dado a él por el Padre, indicando que él es Mediador.  Indica que es Señor y Amo de su pueblo y ellos son su propiedad, dado por el Padre y comprado por él.  También tiene autoridad sobre todo (Mat 28:18; Apoc 19:16).

            Aunque Pablo también usa el título “Hijo de Dios”, con más frecuencia se refiere a Jesús como “Señor”.  Este término no originó con Pablo.  Se dirige a y se refiere a Jesús como Señor en los Evangelios (Mat 7:21; Mar 11:3; Luc 6:46).  Aquí el título puede referirse primeramente a su autoridad en enseñar (Luc 11:1; 12:41), pero también puede tener un significado más profundo (Mat 8:25; Luc 5:8).  Aunque con más frecuencia se le da después de su exaltación, él mismo citó Sal 110:1 y preparó por este uso (Mar 12:35; 14:62).

            Su señorío extiende sobre el curso de la historia y todos los poderes del mal (Col 2:15; I Cor 2:6-8; 8:5; 15:24) y debe ser la preocupación gobernante en la vida de la iglesia (Efes 6:7; I Cor 7:10, 25).  Como Señor él vendrá a juzgar (II Tes 1:7).

            Aunque su obra en su humillación también es el ejercicio de señorío, fue después de la resurrección y ascensión que el título “Señor” le fue conferido espontáneamente a Jesús (Hech 2:32ss; Fil 2:1-11) por la iglesia primitiva.  Oraron a él como orarían a Dios (Hech 7:59-60; I Cor 1:2; cp. Apoc 9:14,21; 22:16).  Su nombre como Señor está enlazado en la asociación más cercana con el de Dios mismo (I Cor 1:3; II Cor 1:2; cp. Apoc 17:14; 19:16; y Deut 10:17).  A él se les refieren las promesas y atributos del “Señor” Dios (KYRIOS LXX) en el A.T. (cp. Hech 2:21, 38; Rom 10:3 y Joel 2:32; I Tes 5:2 y Amós 5:18; Fil 2:10-11 e Isa 45:23).  A él se aplican libremente el lenguaje y las formulas que se utilizan de Dios mismo, a tal punto que es difícil decidir en un pasaje como Rom 9:5 si es al Padre o al Hijo a quien se refiere.  En Jn 1:1, 18; 20:28; II Tes 1:12; I Tim 3:16; Tit 2:13; y II Ped 1:1, a Jesús se le confiesa como “Dios”.  

            "Hijo de Dios"  Este título no es utilizado por Jesús de si mismo tanto como “Hijo del Hombre” (aunque vea Mar 12:6), pero es el nombre dado a él (Luc 1:35) por la voz desde el cielo en su bautismo y transfiguración (Mar 1:11; 9:7), por Pedro en su momento de iluminación (Mat 16:16), por los demonios (Mar 5:7) y el centurión (Mar 15:39).

            Este título “Hijo de Dios” es mesiánico.  En el A.T., Israel es el “hijo” (Exod 4:22; Ose 11:1).  El rey (Sal 2:7; II Sam 7:14) y posiblemente los sacerdotes (Mal 1:6) también tienen este título.  Jesús, entonces, al utilizar y reconocer este título, está asumiendo el nombre de Uno en quien el verdadero destino de Israel se cumplirá.

            Pero el título también refleja la conciencia filial única de Jesús en medio de tal tarea mesiánica (Mat 11:27; Mar 13:32; 14:36; Sal 2:7).  Esto tiene las implicaciones cristológicas más profundas.  Él no es simplemente un hijo sino el Hijo (Jn 20:17).  Esta conciencia, que se revela en momentos cruciales en los Evangelios Sinópticos, se considera en Juan como formando el fondo conciente continuo de la vida de Jesús.  El Hijo y el Padre son uno (Jn 5:19, 30; 16:32) en voluntad (Jn 4:34; 6:38; 7:28; 8:42; 13:3) y actividad (Jn 14:10) y en dar vida eterna (Jn 10:30).  El Hijo está en el Padre y el Padre en el Hijo (Jn 10:38; 14:10).  El Hijo, como el Padre tiene vida y poder vivificante en si (Jn 5:26).  El Padre ama al Hijo (Jn 3:35; 10:17; 17:23-24) y da todas las cosas en sus manos (Jn 5:35), dándole autoridad a juzgar (Jn 5:22).  El título también implica una unidad de ser y naturaleza con el Padre, algo único de origen y preexistencia (Jn 3:16; Heb 1:2)   

            En el Nuevo Testamento el término se usa para indicar: (1) El nacimiento de Cristo - su vida terrenal tuvo un origen sobrenatural (Mat 1:18-24; Luc 1:35; Mr 1:1; 6:18-24; Jn 1:13); (2) La posición oficial de Cristo como Mesías (vea Mat 24:36; Mr 13:32; Jn 14:28).  (3) La posición de Cristo en la Trinidad. Así el título muchas veces indica la deidad de Cristo. Ser hijo en el oriente indica que es el mismo en sustancia e igual en oficio y posición (Jn 10:31-33,36).  Así el Nombre indica un sentido eterno, esencial y absoluto en relación al Padre como Primera Persona en la Trinidad.

            Aún es llamado “Dios” (Rom 9:5; Tit 2:13; Jn 1:1; Heb 1:8; I Jn 5:20).  

           
            El Espíritu Santo es Dios

            Las Escrituras hablan de El como una Persona Divina. En Jn 14-16 el pronombre masculino se aplica libremente al Espíritu. Es usado 13 veces aunque el sustantivo es neutro. En ciertas frases el Espíritu se asocia con el Padre y el Hijo de tal manera que muestra personalidad (Mat 28:18,19; I Cor 13:14). Además se identifica con nosotros como Persona (Hech 15:28).

            Tiene cualidades personales también: conocimiento (I Cor 2:10,11); voluntad (I Cor 12:11); intención (Rom 8:27); en Gal 5:22,23 todo es personal; se le puede contrísteser (Efes 4:30).

            Hace acciones personales: escudriña (I Cor 2:10); dice (Apoc 2:7); intercede (Rom 8:26); da testimonio (Jn 15:26); hace saber (Jn 16:13); guía (Rom 8:14); prohíbe (Hech 16:6,7); decide con respeto a dones (I Cor 12:11); llama a los hombres y les da oficios (Hech 13:2; 20:28).

            Su oficio como Paracleto (Consolador y Abogado) es algo personal (Jn 14:16).

            Se le puede tratar como una Persona: se puede mentir a El (Hech 5:3); blasfemar contra El (Mat 12:31,32); insultarlo (Heb 10:29); y contristarlo (Efes 4:30).

            También las acciones del Hijo y del Espíritu muestran que tienen los atributos de Dios mismo.  Por esto la Iglesia siempre ha considerado que se le debe entender a Dios como existiendo en tres Personas.

            Entonces desde el principio la Iglesia tuvo una fe trinitariana basada en la revelación de Dios en las Escrituras (Vea B.B. Warfield “La Doctrina Bíblica de la Trinidad” y “La Persona de Cristo”).  Sin embargo, pronto también personas llamándose cristianos empezaron a propagar otras ideas.  Por esto la Iglesia tenía que defender esta doctrina y luego formularla en términos científicos y en credos para hacerle claro que es lo que creyeron. 

Los Padres Apostólicos

            A veces lo que más tarde llegaron a ser considerados errores fueron los resultados de intentos genuinos de expresar las relaciones entre las Tres Personas que simplemente no probaron adecuados a la luz del desarrollo de la historia.  Pero también había ideas muy equivocadas y heréticas que tenían que corregirse.

            La doctrina de la Trinidad tuvo que ver con la cristología de la Iglesia.  Lo más enfático que era la Iglesia en insistir que Cristo es Dios, lo más importante era aclarar como Cristo se relacionó a Dios.  El punto de partido para reflexión sobre la Trinidad era el testimonio del N.T. a la presencia y actividad de Dios en Cristo y por el Espíritu. 

            Clemente de Roma menciona a los Tres en un voto: “Como vive Dios, y el Señor Jesucristo vive, y el Espíritu Santo”, y de nuevo en una pregunta “¿No tenemos a un Dios, y a un Cristo y a un Espíritu de gracia derramado sobre nosotros?” (I Clem 46:6).  Se supone la preexistencia de Cristo, porque él ha hablado por el Espíritu Santo en los Salmos (I Clem 22:1). El Espíritu Santo inspiró los ministros y profetas del A.T. (I Clem 8:1; 13:1; 16:2).  Pero no trata de explicar la relación entre los Tres.

            La segunda carta de Clemente de Roma informa a la iglesia “Hermanos, debemos pensar tanto de Jesucristo como de Dios, como del Juez de los vivos y los muertos” (II Clem 1:1).  “Siendo en primer lugar espíritu, Cristo el Señor, quien nos salvó, llegó a ser carne y así nos llamó” (II CLem 3:1).
           
            Según la Epístola de Bernabé el Espíritu inspiró los profetas del A.T. (6:14; 12:2; 19:7).   Cristo cooperó con el Padre en la creación (5:5; 6:12), conversó con Moisés (14:3) y antes de su encarnación recibió su mandato del Padre (14:6). 

            Ignacio que principalmente se oponía a ideas docéticas en contra a la humanidad de Cristo, sin embargo le llama “nuestro Dios, Jesucristo” (Efesios 16).  Claramente tiene la idea que Dios había mandado a su Hijo, el Mesías Jesús, quien había muerto, resucitado el tercer día, ascendido al cielo y regresaría en gloria (Efesios 18:2; Trailios 9; Esmirnios 1:1,2).  Cristo es Dios encarnado: “Hay un Medico quien es poseido tanto de carne como de espíritu; tanto hecho y no hecho; Dios existiendo en carne; verdadera vida en muerte; tanto de María como de Dios; primero posible y luego imposible, aún Jesucristo nuestro Señor.” (Efesios 7:2); “Dios mismo siendo manifestado en forma humana para la renovación de vida eterna” (Efesios 19:3). 

            Por el Espíritu la Virgin concibió a Cristo (Efesios 18:2).  Por medio de él Cristo estableció y confirmó los oficiales de la iglesia (Filadelfios 1:1).  Las Tres Personas se mencionan juntos (Efesios 9:1; Magnesios 13:1,2) y referencia a Cristo en su encarnación siendo sujeto al Padre (Magnesios 13:2). 

            El Didache es trinitario en su formula del bautismo (7:1-3) y en las oraciones de la eucaristía se dirige a Cristo como “el Dios de David” 

            En el Pastor de Hermas a Hermas le muestran una roca y una puerta y le dicen que representan al Hijo de Dios. El pregunta como esto puede ser porque la roca es antigua y la puerta nueva.  Se le responde que el Hijo de Dios es más antiguo que toda la creación y devino a ser el Consejero del Padre en su creación.  Por esta razón es antiguo.  Pero la puerta es nueva porque fue manifestado en los últimos días, para que los que serán salvos puedan entrar por ella al Reino de Dios.  Pero también Hermas tiene el costumbre de hablar del Espíritu Santo como “el Hijo amado” y de Cristo como el “Siervo de Dios”.  Parece que el Siervo fue adoptado por su cooperación con el Espíritu quien vivía en él.  Entonces Hermas tuvo ideas de biniterianismo desde la eternidad con el Hijo siendo adoptado para formar la Trinidad. 

            Los Apologistas

            Los Apologistas trataron de explicar la relación de Cristo con el Padre.  Básicamente vieron al Cristo preexistente como la Mente o Pensamiento del Padre.  Como manifestado en creación y revelación, fue su expresión.  Hablaron del LOGOS pero más en términos de Filón que del Evangelio de Juan.    

            Juistino Mártir (c 100-c 165) es quizás el más grande de los Apologistas, los escritores cristianos del segundo siglo quienes se preocuparon en defender el cristianismo frente a críticas paganas.  En su Primera Apología dice que la formula para el bautismo es en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (61:3, 10-13).  Arguyó que rastros de la verdad cristiana se podían encontrar en los grandes escritores paganos.  Su doctrina del Logos Spermatikos (el Verbo que da semilla) le permitió afirmar que Dios había preparado el camino para su última revelación en Cristo por indicios de su verdad en la filosofía clásica (I Apol 32:8; II Apol 8:1; 10:2; 13:3).  Así intentó relacionar el Evangelio con la filosofía griega, una tendencia que crecería en los siguientes siglos.  Pero el LOGOS era distinta de Dios por tres razones: a) Dios aparecía en el A.T. (Dial 56:4; 60:2) (en este punto parece tener una forma de subordinismo: “hay, y se dice que hay, otro Dios y Señor sujeto al Hacedor de todas las cosas; quien también es llamado un Ángel porque anuncia a los hombres cualquier que el Hacedor de todas las cosas.- sobre quien no hay otro Dios.- desea anunciar a ellos” [Dial 56:4]); b) por los pasajes en el A.T. (ejem Gen 1:26) donde Dios conversa con otro quien es un ser racional como él (Dial 62:2); c) por los textos sobre Sabiduría (Prov 8:22ss) (Dial 61).  “Perciben, mis oyentes, si prestan atención que la Escritura ha declarado que este Prole fue engendrado por el Padre antes de todas las cosas creadas; y que la que es engendrado es numéricamente distinto de lo que engendra, cualquiera admitirá” (Dial 129).  Es divino “Siendo el primogénito LOGOS de Dios, es aún Dios” (I Apol 63).  Es Dios y le adoramos.  “Porque después de Dios, adoramos y amamos al LOGOS quien es del Dios no generado e inefable, como también devino a ser hombre por nosotros, que llegando a ser participe de nuestros sufrimientos, podría también traernos sanidad” (II Apol 13:4).  Sale del Padre sin disminuir al Padre como una Palabra o fuego (Dial 61:2).  La distinción numérica no involucra el partir la esencia del Padre.  Este LOGOS se había encarnado en Cristo (I Apol 5:4; II Apol 10:1; Dial 63).  Pero es claro que está subordinado al Padre. 

            El Concepto del LOGOS    

            Logos es una palabra griego significando “palabra”.  También puede significar “pensamiento” o “racionalidad” y se le utilizó a referirse al orden, regularidad o armonía que los griegos vieron en el universo.  El uso de este término es un rasgo importante de los escritos de los Apologistas del siglo II. 

            El uso del concepto del LOGOS por Justino es parte de su intento de mostrar que cristianismo es una religión digna de hombres inteligentes.  Arguye que el cristianismo es el cumplimiento o culminación no solamente de la tradición judía del A.T. sino también de los mejores elementos en la tradición filosófica de Grecia.  El concepto del LOGOS fue usado en la filosofía griega.  Podría significar simplemente “palabra” (o sea una unidad de hablar o gramática) pero también podría significar “razón” en el sentido del poder de la razón, el poder de pensar racionalmente.  También podría tener el significado de “pensamiento”, como pensamiento y palabra se relacionan tan cercanamente.  También adquirió el significado de “orden” en el universo.  Los filósofos hablaron del LOGOS o “principio ordenante” que dirigió el universo.  Los cristianos también habían usado el término LOGOS en su teología, especialmente en el famoso pasaje en Juan 1.  También en el A.T. “la palabra de Jehová” es una idea importante.     

            Justino enfatiza que Cristo es el Verbo hecho carne, y especialmente que es el LOGOS de que todos los hombres son participes.  Dondequiera entre los poetas y filósofos se encontró la verdad, esto se debía ver como el resultado de la actividad del Verbo quien fue hecho carne en Cristo.  Justino arguye que Jesucristo es el Verbo quien hizo posible que todos los hombres pensaran racionalmente.  Fue el Verbo quien comunicó razón a todos los hombres en cada edad y quien hizo posible que los hombres llegaran a la verdad.  El mismo Verbo fue detrás del orden en el universo.  Para Justino el Verbo plantó semillas de verdad aún en escritores paganos.  Detrás de su pensamiento es la idea que es el Verbo quien da luz a cada hombre (Juan 1) para que dondequiera que se encuentra la verdad, dondequiera que los hombres usan su razón correctamente, Justino ve la actividad del Verbo divino.  La razón humana (LOGOS) es el resultado de la actividad del LOGOS de Dios.  En cada hombre hay la “semilla del LOGOS”, sembrada por el “Verbo cargador de semilla” (spermatikos Logos  II Apol 13).  Entonces los rastros de la verdad encontrados en los escritores paganos no están allí por accidente; están allí porque el Verbo divino ha sido activo entre todos los hombres desde el principio.  Justino escribe de Cristo como “el Verbo de quien cada raza de hombres fue participe”, y entonces “los quienes vivieron con razón (LOGOS) son ‘cristianos’ aunque se pensaron que fueron ateos” (I Apol 46).  El punto de Justino aquí no es que todas las religiones llevan a Cristo sino que los que viven por la luz de la razón son, si lo saben o no, siendo guiados por Cristo, el verdadero LOGOS.  Arguye que las verdades que los poetas y los filósofos conocían solamente oscura y parcialmente han sido dado su expresión más plena en Cristo.  Además, “Cualesquiera cosas fueron dichas correctamente entre todos los hombres son la propiedad de nosotros los cristianos” (II Apol 13).  Está arguyendo que el cristianismo resume no solamente el A.T.  pero también los mejores elementos en la tradición intelectual griega, así que llegar a ser un cristiano no es, para usar una expresión moderna, “suicidio intelectual” sino es en realidad llegar a ser un filósofo, un “amante de la sabiduría”, en el sentido más pleno del término.  El cristianismo no es entonces una religión de superstición y barbaridad; no es una religión simplemente para los no educados y los ignorantes.  En realidad el cristianismo presenta en su plenitud aquella verdad que fue conocida solamente parcialmente por los sabios griegos.  Cristo, el LOGOS quien llegó a ser carne fue el mismo LOGOS quien comunicó un grado de verdad a los poetas y filósofos.  Por creer en Cristo los hombres pueden encontrar la verdad en toda su plenitud. 
           
            Justino ve al Verbo como la expresión del Ser del Padre.  Ve al Verbo como un Ser distinto y personal.- fue al Verbo que Dios dijo “hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”.  También fue el Verbo quien apareció y habló en las teofanías del A.T.  Mientras el Verbo fue un concepto abstracto a los griegos, a Justino él es un Ser divino distinto y personal.

            Tatiano, Teofilo y Atenagoro siguieron a Justino en su doctrina del LOGOS.  Ninguno de los Apologistas tuvo una doctrina desarrollado del Espíritu Santo, pero todos le vieron como un Tercero en la Triada de Dios.

            Comentarios Suplementarios sobre el Modelo del LOGOS

            Ventajas de Usar el Término LOGOS

1.                  Fue un término con que los paganos educados fueron familiarizados.

2.                  Fue un término que ayudó quitar cualquier mal entendimiento causado por la expresión “Hijo de Dios”.  Los dioses greco-romanos tuvieron hijos e hijas y el uso cristiano de “Hijo de Dios” sin explicación alguna, podría crear en la mente pagana tal idea.  La idea del LOGOS enfatizó que “Hijo” en este caso no tuvo el significado físico sino más bien que la generación del Hijo se podría comparar a la manera en que una mente genera o produce una palabra o pensamiento.

3.                  El término se podía usar a enfatizar la relación cercana entre el Padre y el Verbo \ Hijo y también a enfatizar la distinción entre ellos.  Una mente y el LOGOS que produce son distintos pero cercanamente relacionados.


Desventajas del Modelo del LOGOS

            Los Apologistas mismos no apreciaron plenamente algunas de estas desventajas.  Primeramente necesitamos retroceder al punto de vista de los Apologistas en cuanto a la creación, que básicamente fue que Dios creó todas las cosas a través de su Palabra,  Teofilo indicó la relación entre el LOGOS “inmanente” y el LOGOS “expresado”.  El cuadro que tiene es de una palabra en la mente llegando a ser una palabra expresada.  Entonces el modelo es de Dios el Padre expresándose o mandando su Palabra para crear el mundo.  De esto surge la pregunta: ¿Qué fue el LOGOS antes que Dios el Padre empezó la obra de creación? ¿Fue el LOGOS un ser distinto personal? O ¿fue el LOGOS más como un pensamiento impersonal en la mente del Padre?  ¿No poseía una realidad distinta antes de ser mandado en la obra de creación?  Las siguientes dos ideas se enlacen cercanamente en los Apologistas: a) el mandar de la Palabra y b) la creación del mundo.  Pero se da la impresión que a) está en algún sentido dependiente de b).  Otra pregunta que surge por causa de este modelo es que el LOGOS parece ser subordinado a, o en un nivel más bajo que, el Padre.  Esto es porque los Apologistas tuvieron la tendencia de hablar del LOGOS como un tipo de término medio entre Dios y la creación.  Se da la impresión que Dios el Padre es trascendente y en algún lugar remoto del mundo, mientras el LOGOS, el Agente o Instrumento de Dios, es realmente activo en el mundo.  Es el LOGOS quien, como si fuera, “se involucra”.  Este indicio de subordenacionismo en los Apologistas no fue intencional, porque las implicancias plenas del modelo del LOGOS nunca fueron exploradas por ellos.  El concepto no estaba siendo explorado exhaustiva o sistemáticamente.           

            Los Apologistas estaban intentando explicar teología cristiana a intelectuales no cristianos y su problema es uno que afecta la teología en cada etapa.  Es el problema de saber cuando y como usar conceptos o maneras de pensar no cristianos para explicar la fe cristiana.  Los Apologistas intentaron usar el concepto del LOGOS como un puente entre el cristianismo y la filosofía, sin embargo el modelo crea una tensión.  Doctrina cristiana enseñó que el Hijo eterno fue una Palabra personal, mientras el concepto griego del LOGOS fue uno impersonal.  

            El concepto del  Logos sería muy importante más tarde en la teología de la Iglesia.

La Trinidad: Primeras Herejías



            Primeras Herejías

            Los primeros errores en cuanto a doctrina fueron combatidos en el N.T. mismo (Gálatas, Colosenses, Juan).  Pero esto no era suficiente para terminar los problemas.  Al principio el debate con el paganismo y en este fase los Apologistas defendieron la unidad, espiritualidad y gobierno moral de Dios, la libertad y responsabilidad del hombre y la certeza de un juicio, la necesidad de arrepentimiento, la idea de revelación, el canon de las Escrituras y la historicidad de los hechos del Evangelio contra los que les alegorizaron como hechos en el mundo espiritual (los Gnósticos).

            El primer error cristológico entre los cristianos después del N.T. fue el de los Ebionitas, un grupo judío quienes consideraron que era necesario guardar la Ley del A.T. y que Pablo era un apostata de la fe.  Según ellos Cristo no había sido el Hijo de Dios desde el principio, más bien había sido adoptado por su excelencia moral  en cumplir la Ley.

            Según los Ebionitas hay un principio de bien y un principio de mal.  El último es Señor de este siglo y el anterior gobernará en el siglo por venir.  Adán, Abel, Isaac y Jesús eran encarnaciones del profeta del bien.  Pero Caín, Ismael, y Juan Bautista eran manifestaciones del principio del mal, que también es el principio femenino.  Jesús fue un hombre quien llamó la humanidad a observar la Ley.  Cumplió la Ley como ejemplo para todos y no por otros, como Pablo enseñó erróneamente.  En su bautismo Jesús el profeta parece haber sido adoptado por Dios.  Esto es el primero de muchos ejemplos de adopcionismo que en varios formas apareció en la historia de la Iglesia.

            Mas serio fue la amenaza de Gnosticismo.  Este término se usa a describir una variedad de diferentes doctrinas dentro y fuera del cristianismo que eran sincretistas.  Es una mezcla de dualismo de Persia, astrología de Babilonia, filosofía helenista y casi todas las doctrinas disponibles en el segundo siglo.

            El problema era que ellos se decían los verdaderos cristianos, así causando confusión dentro de la Iglesia y dificultades para los paganos en entender que era el verdadero mensaje cristiano.  Los padres de la Iglesia eran unánimes en culpar a Simón Mago (Hech 8:9-24) por la entrada de estas ideas en la Iglesia.  Toda nuestra información sobre el gnosticismo vino de los padres hasta 1945 cuando un árabe en Nag Hamadi en Egipto descubrió una colección de libros gnósticos.  Es posible que los Templares en la Edad Media conocían algunos “Evangelios Gnósticos”.  Las ideas modernas sobre que Dan Brown base su novela El Código de Da Vince vienen de fuentes gnósticas. 

            No son fáciles de definir por ser tan variados en sus doctrinas, en las diferentes localidades y en los diferentes periodos. Se levantaban en Asia Menor ese enfoque de fantásticas ideas y eran un enjerto del cristianismo sobre el paganismo.  Aunque fue esotérico, el hecho que fue una alternativa atractiva a la Iglesia se debía a su interés en salvación.  Como tal fue atractivo a un mundo donde muchos buscaron salvación personal en distinción a las religiones nacionales que no la ofrecían.     
           
            Pero ¿qué tipo de salvación ofrecieron los gnósticos?  Según ellos era una liberación del espíritu que es esclavizado por su relación con cosas materiales.  El cuerpo y el “alma animal” en los humanos pertenecen al mundo material.  El alma es lo que da al cuerpo su vida, deseos y pasiones.  El espíritu no le pertenece a este mundo, sino es parte de la sustancia divina.  Ha caído a este mundo y está encarcelado por lo material.  Es necesario librar el espíritu de esta cárcel y esto se logra por medio de conocimiento (gnosi,.ς).

            Este conocimiento no es simple información, sino es el resultado de una iluminación mística resultando de la revelación del eterno.  Es un entendimiento de la situación humana, de lo que éramos y lo que debemos llegar a ser.  Por medio de este conocimiento podemos ser librados de las ataduras del mundo material.  Para que tengamos este conocimiento era necesario que un mensajero fuera mandado del mundo espiritual para impartírnoslo.  Este mensajero es característico de todos los sistemas gnósticos, y en el caso de gnósticos cristianos es Cristo quien cumple esta misión.

            Gnosticismo empieza con un monismo, un principio eterno.  Este principio produce otros principios o eones en un proceso de declinación hasta que.- generalmente por un error de uno de los eones inferiores,- el mundo material se produce.  Así aparece el dualismo derivado entre materia y espíritu, o entre lo celestial y lo terrenal.

            En los sistemas gnósticos cristianos el Dios creador del A.T. era el Eón malo quien hizo el error de crear este mundo material de que el Dios redentor del N.T. vino a librarnos.  Así Marción enseñó que los cristianos debían rechazar el A.T. y concentrar en el N.T., como delineado por él.  En Cristo como una de estas emanaciones la naturaleza divina estuvo morando por un tiempo.  Por supuesto, como lo material era malo, Cristo no podía llegar a ser un humano, ni sufrir.  Todo esto era una apariencia no más.

            Así los gnósticos cristianos eran generalmente Docetistas (del griego dokew parecer).  Para ellos el Jesús humano era como una fantasma. No podían pensar de otra manera ya que partían del concepto griego de Dios como trascendente e impasible, un Dios remoto y demasiado puro como para contaminarse con el mundo material e imperfecto. Juan los atacó por su negación del cuerpo de Jesús (I Jn 1:1-3; 4:1-3; II Jn 1:7).  Cerinto hacia fines del primer siglo era el primero que enseñó una distinción entre Jesús el hombre, hijo de María y José y el Cristo a quien Dios mandó sobre él en su bautismo.  Cristo dejó a Jesús antes de su muerte.  Así era Jesús quien murió y resucitó, porque Cristo mismo era sin pasiones.  Así también era un adopcionista en su cristología.
       
            Decían que el cristianismo enseñó que el Dios supremo mandó a Cristo a este mundo para salvar un grupo de almas elegidas de la tiranía del demiurgo y la miseria de existir en un mundo material.  Cristo no era Dios, sino uno de un grupo de seres exaltados llamados eones.  Como un ser espiritual Cristo no podía ser verdaderamente humano.  Era el “Revelador Celestial” quien vino a comunicar el verdadero conocimiento de cómo llegar a casa.  El problema de la humanidad no era pecado sino ignorancia.  Cristo dio el conocimiento necesario de quiénes somos y a donde pertenecemos.

            Para llegar al cielo era necesario pasar por varios reinos espirituales controlados por demonios.  Por esto era importante tener el conocimiento secreto de los gnósticos.  Algunos vieron esto como una serie de palabras mágicas, pero otros lo consideraron un alumbramiento del alma. 

            Marción no era exactamente un gnóstico, aunque hizo una distinción entre el dios justo del A.T. y el Dios de amor del N.T.  A diferencia de los gnósticos no creía en emanaciones de eones y aceptó la revelación del N.T., aunque en forma reducida y fundó una iglesia.  Esto era una amenaza a la Iglesia de manera distinta de los gnósticos y la Iglesia tenía que responder. 

            La respuesta principal al gnosticismo fue dado por Ireneo.  En Contra Herejías explica las enseñanzas gnósticos, pensando que esto en si mostraría cuan ridículas eran. Luego arguyó contra la pretensión gnóstica a un conocimiento secreto de las enseñanzas de Jesús, señalando que las varias sectas no estaban de acuerdo en cuanto a que exactamente era este conocimiento secreto.  Además ninguna iglesia fundada por los apóstoles sabía nada acerca de este conocimiento secreto.  Al contrario, todas enseñaron el mismo evangelio ortodoxo que contradecía las creencias gnósticas.  (Pronto esta idea llevaría a una doctrina de sucesión apostólica, pero con Ireneo el obispo era importante por pertenecer a una iglesia apostólica más bien que una iglesia siendo importante porque tuvo un obispo apostólico.)

            Mostró cuidadosamente de la Biblia que el Dios del A.T. es el mismo que él del N.T., el Creador es el Padre de Jesucristo.  Salvación no viene por medio de un conocimiento secreto, sino por la muerte y resurrección de Jesucristo.  Cristo era el segundo Adán, quien por su perfecta obediencia canceló la desobediencia del primer Adán. 

            Defendió lo bueno de la creación.  No era el producto malo de un demiurgo sino la obra del Padre celestial.  Contra el docetismo afirmó que Cristo de verdad tomó carne, llegó a ser un verdadero hombre, verdaderamente murió y verdaderamente resucitó. 

            La reacción contra el gnosticismo llevó la Iglesia a poner énfasis en la tradición apostólica.- la enseñanza de los apóstoles que fue comunicada en las iglesias que ellos mismos habían fundado.  Esto se ve en tres áreas:

1.                  Contra las doctrinas de los gnósticos la Iglesia señaló a su Regla de Fe. Cada iglesia tuvo su propia versión de esta regla, pero todas enseñaron básicamente la misma cosa.  La Regla de Fe era un resumen de enseñanza apostólica.  La versión usada en la iglesia en Roma se desarrolló en lo que hoy conocemos como el Credo de los Apóstoles. 

              

En su forma no era la producción de los Apóstoles pero es un buen resumen popular de la enseñanza 
apostólica en total armonía con el espíritu y aún la letra del N.T. Contiene todos los artículos 
fundamentales de la fe cristiana necesarias para salvación, en forma de hechos, en lenguaje sencillo
 y bíblico.  Viene en un orden natural, la de revelación misma: desde Dios y la creación hasta
 la resurrección y la vida eterna. Es Trinitaria y se divide en tres artículos principales expresando fe
 en Dios el Padre, Hacedor de los cielos y de la tierra, en su único Hijo, nuestro Señor y
Salvador, y en el Espíritu Santo.  El énfasis es en la Segunda Persona,
el Hijo, y habla de su nacimiento sobrenatural, su muerte y resurrección.
 
            Luego de tratar de las Tres Personas de la Deidad cambia su lenguaje de “creo en...” a simplemente “Creo...” al hablar de “la Santa Iglesia católica, la comunión de los santos; el perdón de los pecados; la resurrección de los muertos; y la vida eterna. Amén”.  Es el mejor resumen corto de la fe cristiana, y fue usado para profesiones de fe antes de bautismo, para catequesis y en liturgia desde que fue escrito hasta hoy. 


2.                  También había un énfasis en las iglesias que los apóstoles habían fundado o con las cuales se asociaron.  Estas fueron considerados ser guardianas de la enseñanza apostólica y no sabían nada del dicho “conocimiento secreto” de los gnósticos.  Aunque había varias iglesias apostólicas en el Este, en el Oeste solamente Roma podía pretender tal relación.  Así surgió a prominencia.  Pero también es verdad que durante las controversias doctrinales en el periodo temprano de la Iglesia, la iglesia de Roma era ortodoxa. 

3.         Había preocupación de preservar los escritos de los Apóstoles, las Escrituras del N.T. y a garantizar que la Iglesia aceptara solamente Escrituras genuinamente apostólicas.  La Iglesia Primitiva tuvo que guardar contra Marción rechazando Escrituras genuinas tanto como los otros gnósticos añadiendo sus propios escritos.  El criterio para aceptar una Escritura como autoritativa era su relación con un apóstol, o alguien guiado por un apóstol.  Así vino la idea de un Nuevo Testamento, al lado del Antiguo Testamento.  Desde temprano había aceptación de tres Evangelios y el de Juan fue universalmente aceptado por fines del segundo siglo.  La idea de este Evangelio cuádruplo era mostrar que la Iglesia sacó su doctrina de todos los apóstoles y no solamente de uno.  Además el Evangelio fue algo abierto a todos y no un conocimiento secreto revelado a unos cuantos no más.  Había cierta reserva en aceptar algunas de las epístolas generales y el libro de Apocalipsis en algunas áreas, pero por 367 la Carta Festal 39 de Atanasio dio una lista que corresponde a nuestro N.T. y el Concilio de Cartago de 397 estableció la misma lista para el Oeste.                 

            Ireneo (c 130- c 200) posiblemente nació en Esmirna pero luego fue a Roma.  Llegó a ser obispo de Lion en 178.  Se le nota por su defensa vigorosa del cristianismo contra el gnosticismo.  Su obra principal Contra las Herejías representa una defensa principal del entendimiento cristiana de salvación, y especialmente del papel de la tradición en quedarse fiel al testimonio apostólico frente a interpretaciones no cristianos.   

            Para Ireneo creación (Haer 2:30:9; Dem 5) y salvación fueron las obras del Padre, Hijo y Espíritu Santo.  Utilizó la frase “la economía de salvación”.  La palabra “economía” (oikonomia) significa la manera en que sus asuntos son ordenados.  Así “la economía de salvación”, para él significó la manera en que Dios ordenó la salvación de la humanidad en la historia.

            Desde el primer momento de la creación hasta el último momento de la historia salvación fue la obra del mismo Dios, creador y redentor, quien trabajaba para redimir su creación. 

            En su Demostración de la Predicación de los Apóstoles dice que “recibimos el bautismo para la remisión de los pecados en el Nombre de Dios el Padre, y en el Nombre de Jesucristo, el Hijo de Dios, quien fue encarnado, y murió y resucitó de nuevo, y en el Espíritu Santo de Dios” (Dem 3).  Así muestra que la formula de bautismo es trinitaria en forma, reflejando Mat 28:18-20.

            Insistía en los papeles distintos pero relacionados del Padre, Hijo y Espíritu dentro de la economía de salvación.  Afirmó la Regla de Fe:

            “Este entonces es el orden de la regla de nuestra fe... Dios el Padre, no creado, quien es incontenido, invisible, un Dios creador de todas las cosas: este es el primer punto de nuestra fe.  El segundo punto es este: la Palabra de Dios, el Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo, quien fue manifestado a los profetas según la forma de su profetizar y según el método de la dispensación del Padre; por quien todas las cosas fueron hechas; quien también, en el cumplimiento del tiempo, para completar y reunir todas las cosas a si mismo, devino a ser humano entre los humanos, visible y tangible,  para destruir la muerte, mostrar la vida y producir perfecta reconciliación entre Dios y la humanidad. Y el tercer punto es: el Espíritu Santo por quien los profetas profetizaron y los padres aprendieron las cosas de Dios, y los justos fueron llevados en el camino de justicia; quien al fin de la edad fue derramado de una nueva manera sobre nuestra humanidad en toda la tierra para renovar al hombre a la vista de Dios.” (Dem 6).

            Este pasaje explica claramente la idea de una Trinidad económica, o sea un entendimiento de la naturaleza de la deidad en que cada persona es responsable por un aspecto de la economía de salvación.  Lejos de ser una mera especulación teológica, la doctrina de la Trinidad se basa directamente en la compleja experiencia humana de redención en Cristo, y se preocupa de la explicación de esta experiencia.

            Además el demiurgo de los gnósticos no puede ser Dios porque hay otro superior a él (Haer 4:2:5) y la idea de Dios implica que no hay nada superior a él (Haer 2:1:5) mientras la idea gnóstica de emanaciones lleva a una posición lógicamente absurdo de infinitas emanaciones, porque no pueden probar que él que ellos dicen empezó todo no tiene una pleroma detrás de él. 

            Ireneo vio el LOGOS como existiendo desde la eternidad e instrumental en revelar al Padre; pero de allí toma su punto de partido con el Hijo de Dios históricamente revelado.  Por la encarnación el LOGOS devino a ser el Jesús histórico y entonces fue a la vez verdadero Dios y verdadero Hombre. Rechaza la idea gnóstica que en su sufrimiento y muerte el Jesús pasible fue separado del Cristo impasible, más bien enfatiza la unión de Dios con la naturaleza humana.  En Cristo como el Segundo Adán la humanidad de nuevo se une a Dios.  Hay una recapitulación de la humanidad.  El elemento central en la obra de Cristo para Ireneo es su obediencia por la cual la desobediencia de Adán se canceló.  Esto anticipa la teología federal del siglo XVII.

            Además Ireneo arguyó que si Dios siendo racional (LOGIKO) tuvo a su LOGOS, entonces siendo espiritual tuvo a su Espíritu (Dem 5) a quien identificó con Sabiduría (Sal 33:6).  El Espíritu y el Hijo eran sus manos:  “Porque Dios no necesitaba estos [ángeles] para cumplir lo que él mismo había determinado consigo mismo de antemano que se debe hacer, como si no poseyera sus propias manos.  Porque con él siempre eran presentes el LOGOS y la Sabiduría, el Hijo y el Espíritu, por quien y en quien libre y espontáneamente, hizo todas las cosas, a quien también habla diciendo ‘Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza’” (Haer 4:20:1).  Que Su Sabiduría, o sea Su Espíritu estaba con él antes de la creación del mundo encuentra en las palabras de Salomón en Prov 3:19 y 8:22ss (Haer 4:20:3).  El LOGOS trajo las creaturas a existencia y el Espíritu les ordenó y adornó (Haer 4:20:2; Dem 5).

            Por el LOGOS el Padre se revela: “El Hijo revela el conocimiento del Padre por su propia manifestación, porque la manifestación del Hijo es el hacer conocido del Padre.” (Haer 4:6:3)  Y “lo que es invisible en el Hijo es el Padre, y lo que es visible en el Padre es el Hijo” (Haer 4:6:6).  En la encarnación el LOGOS llegó a ser visible y mostró por primera vez aquella imagen de Dios en la semejanza de que el hombre fue hecho originalmente (Haer 5:16:2). 

            El Espíritu fue él por quien los profetas profetizaron y fue derramado de una nueva manera al fin de los siglos (Dem 6).  “Sin el Espíritu es imposible ver la Palabra de Dios... como el conocimiento del Padre es el Hijo, y el conocimiento del Hijo de Dios solamente se puede obtener por el Espíritu; y según el beneplácito del Padre el Hijo ministra y dispensa al Espíritu a quienquiera que el Padre quiere y como él quiere.” (Dem 7).

            El Hijo es totalmente divino: “el Padre es Dios y el Hijo es Dios, porque cualquiera es engendrado de Dios es Dios.” (Dem 47).  El Espíritu, aunque Ireneo no le llama Dios, es claramente divino, porque es el Espíritu de Dios, siempre surgiendo de su Ser (Haer 5:12:2). 

            Los Apologistas generalmente hablaron de una Persona quien era el Padre, la Deidad en si con su mente o racionalidad y su sabiduría.  Esto era para preservar la idea de monoteísmo.  La distinción de Tres Personas vino más tarde con Tertuliano y especialmente después de Nicea.  Por esto a veces parece que solamente vieron una “Trinidad económica” operando desde la creación.  Pero por lo menos Ireneo, y muchos otros también reconocieron lo misterioso de tres-en-uno de la vida interna de Dios.  La idea de una Persona con sus funciones intelectual y espiritual era mostrar el hecho que hay verdaderas distinciones en el Ser inmanente del único indivisible Padre, y que mientras fueron manifestados plenamente en la “economía”, en realidad estaban allá desde toda la eternidad.

            La obra de los padres anti-gnósticos se tenía que cumplir antes de que la Iglesia fuera preparada a entrar en la construcción de sus doctrinas distintas.  Sin embargo, una vez que el fundamento se había echado en el conflicto con el politeísmo pagano y el emanacionalismo de los gnósticos, nuevas preguntas surgieron y la Iglesia con seguridad fue al corazón del asunto en determinar el concepto cristiano de Dios como Trino y vindicar la deidad suprema del Hijo y del Espíritu.  Las controversias que resultaron en estas definiciones son las conocidas como Monarquianismo, Arrianismo y Macedonianismo en los siglos III y IV.  Pero estas ideas no salieron de la nada y necesitamos ver de donde vinieron.

            Monarquianismo

            Pero dentro de la Iglesia también había problemas con el entendimiento de la relación de las Personas dentro de la Trinidad. 

            Los Alogoi (así llamados por su rechazo de la doctrina del LOGOS) rechazaron el cuarto Evangelio, atribuyéndole a Cerinto y acusándole de ser la base de ideas gnósticas.  Según los Alogoi, la divinidad de Cristo no puede ni debe distinguirse en modo alguno de la del Padre, pues tal distinción destruiría la monarquía de Dios.  Aceptaron el nacimiento sobrenatural de Cristo (Epifanio 51).    

            Dos ideas erróneas surgieron, que más tarde conocidas como Monarquianismo aunque en realidad no fueron relacionadas la una con la otra.  Por un lado la doctrina del LOGOS como una Persona divina distinta parecía amenazar el monoteísmo mientras por otro la idea que fue subordinado al Padre parecía cuestionar la plena divinidad de Cristo. 

            Monarquianismo Dinámico enseñó que Cristo era simplemente un hombre, aunque nacido de manera sobrenatural del Espíritu Santo y la Virgin María.  En su bautismo fue equipado por Dios con poder divino y adoptado por él como un hijo.

            El primer proponente de esta idea parece haber sido Teodoto de Bizantio quien fue a Roma en 190 y fue excomulgado de la iglesia allí más tarde.  Fue desarrollado por otro Teodoto de Roma.  Este enseñó que Melquizedec era “el poder supremo” superior a Cristo y mediador entre Dios y el hombre, “espiritual e Hijo de Dios” y quien posiblemente era el Espíritu que descendió sobre Jesús (Hipolito Refutación 7:36)

Artemas o Artemon estaba en Roma a mediadas del tercer siglo.  El enseñó que su grupo era el guardián de la verdadera tradición apostólica aceptado en la Iglesia desde el principio hasta el tiempo de obispo Zeferino (198-217) cuando la enseñanza oficial fue corrompida.  Hipólito mostró la gran sucesión de maestros regresando hasta el primer siglo, “por todos de los cuales Cristo es reconocido como divino” y cuyas obras “proclaman a Cristo como tanto Dios como hombre” (Pequeño Laberinto en Eusebio Hist Ecles 5:28:3ss).  Tertuliano también combatió a un tal Praxeas quien enseñó ideas parecidas, arguyendo por la unidad de Dios a base de textos bíblicos como “Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí” (Isaías 45:5); “Yo y el Padre, una cosa somos” (Juan 10:30); “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9, 10), tratando estos tres textos como si fueran toda la Biblia (Contra Praxeas 1).

Pero su exponente más famoso era Pablo de Samosata, obispo de Antioquía quien fue depurado como obispo por el sínodo de Antioquía en 268.   Según un documento del siglo VI él enseñó el LOGOS se refería a la ordenanza de Dios así que Dios ordenó lo que quiso por medio del hombre Jesús y así lo hizo.  “No dijo que Padre, Hijo y Espíritu Santo son uno y lo mismo, sino dio el nombre Dios al Padre quien creó todas las cosas, el de Hijo al simple hombre y el de Espíritu a la gracia que vivía en los apóstoles” (De Sectis 3:3).  Si fuera verdad muestra que estaba dispuesto utilizar el lenguaje trinitariano a cubrir una teología esencialmente unitariana.  Epifanio en el siglo IV dice que los obispos quienes le condenaron insistían en el uso de la palabra ousios (ousias) o sustancia indicando que no era un simple hablar del Padre, y  no una Persona distinta en la deidad (Haer 73:12).  También hay un reportaje que Pablo usó la palabra Homoousias (omoousias) y que el concilio objetó a esto (Atanasio De Syn 45; Hilario De Syn 81; Basilio Epis 52:1)  Quizás Pablo quiso protestar contra la fuerte división entre el Padre y el Hijo por el uso de ousias para cada uno.  Atanasio parece considerarle simplemente como un adopcionista (C Ar 1:25; 1:382:13; 3:26; 3:51).

Según los escritores más tardes Pablo pensó que le podría identificar al LOGOS   con Dios porque existía en él, tal como la razón humana existe en el hombre.  Fue simplemente un poder impersonal, presente en todos los hombres, pero especialmente en el hombre Jesús.  Por penetrar la humanidad de Jesús progresivamente, como no hizo en el caso de ningún otro hombre, este poder divino gradualmente le deificó.  Porque el hombre Jesús es deificado, es digno de honor divino, aunque no se le puede considerar como Dios en el sentido estricto de la palabra.  En realidad esta idea no era muy popular y no fue una gran amenaza a la Iglesia, principalmente porque no dio un lugar debido a Cristo, haciéndole al fin y al cabo un mero hombre.

Más amenazante era el Monarquianismo Modalista.  Esta doctrina reconoció la plena divinidad de Cristo.  Pero enseñó que solamente hay una Persona en Dios:  En Jesucristo el Padre llegó a ser un hombre y sufrió (así su nombre de Patropasionismo).  Sus primeros exponentes era Noeto de Esmirna y Praxeas contra quien Tertuliano escribió un tratado (Contra Praxeas).  Su más famoso proponente era Sabelio (así su nombre de Sabelianismo). Según él, en Dios hay un Hipostasis y tres Prosopa (mascaras o papeles correspondiendo a sus tres diferentes modos de revelación.) Dios es  uno solo, sin distinción alguna. Dios es “hijo-padre”, de tal modo que las llamadas personas no son más que fases de la revelación de Dios.  Se reveló como Padre en la creación, como Hijo en redención y como el Espíritu Santo en santificación. 

              Estas ideas tuvieron la intención de salvaguardar la Iglesia de caer en un triteismo.  Sin embargo, al ir al otro extremo tenían que ser rechazado por la Iglesia como inadecuado. 

            Tertuliano era el primero en mantener claramente la tri-personalidad de Dios, y la sustancial unidad de las Tres Personas, pero aún él no era totalmente claro en su doctrina de la Trinidad. Origenes era el primero en hablar de la generación eterna del Hijo lo hizo de tal manera que la Segunda Persona estaba subordinada a la Primera Persona en cuanto a su esencia.  El Padre comunicó al Hijo solamente una especie secundaria de divinidad que se podía llamar Theos (Qeos) pero no Jo Theos (O Qeos).  A veces habla del Hijo como Theos Deuteros (Qeos Deuteros).  Además arguyó que la generación del Hijo no es un hecho necesario del Padre sino procede de su voluntad.  En cuanto al Espíritu Santo le vio no solamente como subordinado al Hijo, sino como una de las cosas creadas por el Hijo. 

             Nadie quien estudia la gran obra de Ireneo Contra Herejías o el tratado de Tertuliano (c. 160-220) Contra Marción negará la habilidad con que la defensa de la fe cristiana se realizó.  Pero la tarea principal de la Iglesia era positiva.  El ataque gnóstico era penetrante y sus preguntas eran básicas.  Forzaron la Iglesia a considerar temas como la relación entre el Antiguo y el Nuevo Testamento.  Los Apologistas tuvieron que tratar problemas teológicos muy profundos.  Tenían que rescatar la idea cristiana de Dios de las especulaciones mitológicas que le malograron; a asegurar la idea de creación contra la de emanación involuntaria; a vindicar, como Pablo antes, la gloria del Hijo contra la tendencia a mezclarle en una muchedumbre de eones; a defender, con Juan, la verdadera humanidad de Cristo contra una variedad de negaciones docéticas; a mantener la unidad de revelación y la identidad del Dios del Antiguo Testamento con el Dios del Evangelio; a batallar por la historicidad de los grandes hechos de la vida de Cristo.- su nacimiento virginal, sus milagros, su muerte, su resurrección.- contra teorías que les resolvieron en alegorías; a vindicar la receptividad universal de los hombres por el Evangelio en contra del exclusivismo del gnosticismo.     

            Una teología que toma la encarnación como su centro y utiliza esto como la clave para las doctrinas de Dios, de creación, del hombre, de redención, de las últimas cosas, que une creación muy cercanamente con redención, que ve en Cristo la “recapitulación” de la humanidad.- su Personaje central y Nueva Cabeza; que le representa como uniendo todas las cosas creadas en uno en él (Efes 1:10) que explica la redención de los pecadores sobre el mismo principio de Uno representando a todos en la obediencia que rindió a Dios, su victoria sobre Satanás, y su soportar de lo que se debía a la ordenanza justa de Dios enlazando la muerte con el pecado.- una teología así todavía es pertinente a la Iglesia de hoy.           
           
        Como acabamos de decir, Tertuliano es importante en la lucha contra el gnosticismo y el modalismo en que ayudó en definir en el Oeste la terminología que más tarde se usaría a definir la doctrina de Dios en la Iglesia.

            Cuando no existía una palabra latina adecuada Tertuliano simplemente la inventó.  Se dice que así produjo 509 nuevos sustantivos, 284 nuevos adjetivos y 161 nuevos verbos en latín.  Felizmente no todos se retenían.  Pero tres que inventó siguen importantes hasta hoy en la doctrina de Dios.

            1.         Trinitas.  Tertuliano inventó la palabra Trinidad que ha sido tan importante desde entonces.  Mientras había otras palabras esta llegó a ser la norma en la Iglesia en el Oeste.  Expresa la idea de Tres in Unidad.

            2.         Persona.  Tertuliano introdujo esta palabra para traducir la palabra griega Hypostasis que estaba usada en el Este.  Hay mucho debate sobre que quiso decir por el uso de la palabra Persona.  Literalmente significó una mascara tal como fue usado por un actor en una drama romana.  Actores utilizaron mascaras para permitir la audiencia entender cual de las diferentes caracteres estaban representando.  Así el término “persona” llegó a tener un significado desarrollado de “el papel que alguien está jugando”.  Es muy posible que Tertuliano quiso que sus lectores entendieran la idea de “una sustancia, tres personas” significar que el único Dios jugó tres papeles distintos pero relacionados en el gran drama de redención humana.  Detrás de la pluralidad de papeles estaba un solo Actor.  Lo complejo del proceso de creación y redención no implicó que había muchos dioses; simplemente que había un Dios quien actuó una multiplicidad de maneras dentro de la “economía de salvación”.      
           
            3.         Sustantia.  Este término expresa la idea de una unidad fundamental dentro de la Deidad, a pesar de la complejidad de la revelación de Dios dentro de la historia.  “Sustancia” es lo que las Tres Personas de la Trinidad tienen en común.  No se debe pensar en ella como algo que existe independientemente de las tres personas, más bien expresa su común unidad fundamental, a pesar de su apariencia externa de diversidad.

            Según Tertuliano Dios es uno, sin embargo, no se le puede considerar como algo o alguien totalmente aislado de su creación.  La economía de salvación muestra que Dios está activo en la creación.  Esta actividad es compleja y muestra tanto unidad como distinción.  Tertuliano arguye que sustancia es lo que une los tres aspectos de la economía de salvación; persona es lo que les distingue.  Las Tres Personas de la Trinidad son distintas pero no divididas (distinti non divisi), diferentes, pero no separadas o independiente la una de la otra (discreti non separati).  Lo complejo de la experiencia humana de redención así es el resultado de las Tres Personas de la Deidad actuando en maneras distintas y sin embargo coordinadas en la historia humana sin ninguna perdida de la unidad de la Deidad.  Pero Tertuliano no llegó a una doctrina trinitariana totalmente correcto porque él pensó que una de las Personas era subordinada a las Otras.

            Un área que ayudó los apologistas a defender la doctrina de la Trinidad era la doctrina del LOGOS, como ya hemos visto.  Algunos les acusan de tomar esta doctrina de Filón de Alejandría pero en realidad la tomaron de Juan (Jn 1:1-18; I Jn 1:1,2).  Empezaron con la idea del LOGOS encarnado y de allí, con el N.T., regresaron a la idea del LOGOS en la creación (Col 1:15-18; Heb 1:1-3), así asociando el LOGOS con el Dios del A.T. 

            Tertuliano empieza con el LOGOS pero enfatiza el hecho que el LOGOS de los cristianos es una subsistencia, una Persona independiente que fue engendrado por Dios y entonces procedió de él no por emanación, sino por auto-proyección como una raíz proyecta un árbol.  Había un tiempo cuando no estaba (Adv Herm 3).  Es de la misma sustancia del Padre y sin embargo difiere de él en su modo de existencia como una Persona distinta.  No llegó a ser por partirse, sino por auto-desarrollar.  El Padre es toda la sustancia, pero el Hijo es solamente una parte porque es derivado (Adv Prax 9).  Tenía ideas de subordinación, pero su introducción de nuevos términos como sustancia y persona ayudó en el desarrollo de la doctrina y probó muy útil más tarde en Nicea.

            En su cristología es antidocético.  Enfatiza el cuerpo de Cristo como el punto central de soteriología cristiana.  Su ataque contra el monarquianismo modalista le hace considerar la manera en que la humanidad de Cristo se relaciona a su divinidad.  Parece que Praxeas hizo una distinción entre el Padre y el Hijo en la Persona de Jesucristo: el Padre es el espíritu y se llama Cristo; el Hijo es la carne y se llama Jesús.  Tertuliano responde por afirmar la unidad de Jesucristo y negando la posibilidad de distinguir entre Jesús y Cristo.- una distinción hecho por los valentinianos (Adv Pra 9).

            El LOGOS no ha sido transformado para unirse con carne.  El resultado de esto sería un ser intermedio entre Dios y la humanidad, ni verdaderamente divino, ni verdaderamente humano sino una tercera entidad.  Tal como en Dios hay Tres Personas en una sustancia, así en Cristo hay Una Persona en dos sustancias.- divinidad y humanidad. 

            “La propiedad de cada naturaleza es tan completamente preservado, que el Espíritu por un lado hizo todas las cosas en Jesús adecuado a Si, tal como milagros, y hechos poderosos y maravillas; y la Carne, por otro lado, exhibió las afecciones que le pertenecen” (Adv Prax 27).  Con esto Tertuliano casi llega a las conclusiones del Concilio de Calcedonia en 451. 

            La clave para entender la enseñanza en el Oeste es acercarse a ella simultáneamente desde dos direcciones opuestas, considerándole a Dios  (a) como existe en su Ser eterno, y (b) como se revela en el proceso de creación y redención.  El términos comprehensivo que tomaron de Ireneo era “economía” (oi,konomi,a dispensatio).  Desde el significado (Efes 3:9) plan divino, o el propósito secreto de Dios, la palabra se aplicó en teología cristiana a la encarnación, la meta del propósito divino.   Pero dentro de sus significados originales fue el de distribución, organización, el arreglo de varios factores en un orden regular; entonces fue extendido a indicar la distinción de Hijo y Espíritu del Padre único como revelado en el desarrollo del plan de redención de Dios.  

            “Antes de todas las cosas Dios estaba a solas, siendo su propio universo, locación, todo.  Estaba a solas, sin embargo, en el sentido que no había nada externo a él.  Pero, aun entonces no estaba de verdad a solas, porque tenía con él aquella Razón que poseyó dentro de si mismo, o sea, su propia Razón.” (Adv Prax 5).  Pero, como hemos visto, no se habla del Padre y del Hijo hasta la creación (Adv Prax 7).  El Espíritu es el Representante o Deputado del Hijo; sale del Padre por el Hijo (Adv Prax 4), siendo “tercero del Padre y del Hijo, tal como el fruto derivado del brote es tercer desde la raíz, y como el canal, sacado del río es tercero del manantial, y como el punto de luz en el rayo es el tercero desde el sol.” (Adv Prax 8). 

            Así puede decir: “Creemos en un solo Dios, sin embargo, sujeto a esta dispensación, que es nuestra palabra para economía, el uno único Dios también tiene un Hijo, Su Palabra, quien ha salido de él... que Hijo entonces mandó, según su promesa, al Espíritu Santo, el Paraclete, desde el Padre.” (Adv Prax 2).  Pero esto no contradice la unidad esencial de Dios.  Aunque tres, las Personas son manifestaciones de de un poder indivisible, como en el gobierno del imperio la misma soberanía se podía ejercer por agencias coordinadas (Adv Prax 3).  Son uno en sustancia que no ha sido dividido, sino extendido.  Cuando Cristo dice “Yo y el Padre uno somos” (Jn 10:30) esto se refiere a “una realidad” (unum es neutro) y no “una Persona” (unus), indicando identidad de sustancia y no simplemente unidad numérica (Adv Prax 25). 

            Así Dios es uno en sustancia pero distinto en Personas o Individuos.- pero no con la idea moderna de auto-consciencia.
           
Hipólito es visto como un anti-papa porque acusó a Zefirino (198-217) de ser un sebaliano en su teología.  En realidad tanto Zefirino como Calixto (217-222) fueron sospechosos de las ideas de Hipólito y Tertuliano. Parece que fueron preocupados por la nueva terminología de los teólogos, que podría sugerir diteísmo a alguien no tan al día con el lenguaje que estaba llegando a ser muy técnico. 

Hipólito siguió a Ireneo en mucho de su pensar.  Como Tertuliano y Origenes, era un rigorista moral.  No creyó que la Iglesia debía perdonar los pecados posbautismales de homicidio, fornicación ni apostasía.  Esta era una de las razones por su desacuerdo con Calixto.  En este debate Calixto apeló a la parábola del trigo y la cizaña y al arca de Noé, donde había animales limpios e inmundos juntos (Hipólito Ref 9:7).  El otro enfoque de conflicto era la doctrina de la Trinidad, como veremos.

Calixto “alega que el LOGOS mismo es el Hijo, y que él mismo es Padre; y que aunque denominado por un título diferente, sin embargo, en realidad es un Espíritu indivisible.  Y mantiene que el Padre no es una Persona y el Hijo otro, sino que son uno y el mismo; y que todas las cosas son llenas del Espíritu Divino, tanto las arriba como las abajo.  Y afirma que el Espíritu que devino a encarnarse en la virgen no es diferente del Padre, sino uno y el mismo.  Y añada que esto es lo que ha sido declarado por el Salvador: ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí?  Porque lo que se ve, que es hombre, él considera ser el Hijo; mientras el Espíritu, que fue contenido en el Hijo, ser el Padre.” (Hipólito Ref 9:7). 

Calixto mantenía la unidad de Dios.  Había una distinción entre el Padre y el LOGOS, el último siendo el elemento pre-temporal que llegó a encarnarse: el Hijo, hablando estrictamente, fue “el hombre” histórico.  Pero no eran seres separados.  “El Padre no es una cosa, y el Hijo otra, pero son una y la misma realidad” (Hipólito Ref 9:1-6; 10:23).  Como el Padre era el único espíritu divino, Calixto pudo hablar de él como idéntico con el LOGOS, y aún decir que devino a ser encarnado.  Pero indicó que el Padre solamente co-sufrió con el Hijo.  Se entiende porque Hipólito le acusa de monarquianismo, pero es posible que estaba luchando a tratar de expresar la idea de distinción dentro de la Deidad sin utilizar los nuevos términos de Hipólito y Tertuliano que le fueron sospechosos. 

Hipólito también escribió contra Noetio, un moralista de Esmirna.  No es tan desarrollado en sus ideas que Ireneo o Tertuliano pero tiene contribuciones importantes a la doctrina ortodoxa.  Vio la naturaleza triple de Dios mostrada en creación y redención.  Cuando Dios quiso, engendró su Palabra, utilizándole a crear el universo y su Sabiduría a adornar y ordenarle.  En vista de la salvación del mundo, hizo la Palabra visible en la encarnación.  Entonces, junto al Padre (la Deidad en si) había “otro” Prosopon (Persona), mientras el Espíritu completó el Trino (C. Noet 7; 11; 14).   Pero hay solamente un Dios.  Es el Padre quien manda, el Hijo quien obedece y el Espíritu quien nos hace entender. Insiste que hay solamente un Poder y que “cuando hablo de ‘otro’ no quiero decir dos Dioses, sino como si fuera luz de luz, agua de su fuente, un rayo del sol.  Porque solamente hay un Poder, el que sale del Todo.  El Todo es el Padre, y el Poder saliendo del Todo es la Palabra.  El es la mente del Padre... así  todas las cosas son por él, pero él a solas es del Padre.” (C Noet 10).  Hipólito no le llama “Hijo” hasta la encarnación.  Tertuliano, siguiendo los Apologistas, usa esta designación desde la creación. 

Por esto Hipólito es visto como un subordinacionista.  La generación del Hijo depende de la voluntad del Padre, y aún en el propósito divino de crear el mundo (C Noet 10).  Pero niega que hay “dos Dioses” (C Noet 8:14).  Afirma la divinidad del LOGOS, pero niega su existencia eterna como distinto del Padre. 

Novaciano, tres décadas después tuvo los mismos debates con el obispo de Roma de entonces.  Su De Trinitate es importante.  Trata de probar la divinidad del Hijo de Dios tanto como su distinción del Padre: Jesucristo Es humano tanto como divino: como humano se llama Hijo del Hombre y como divino se llama Hijo de Dios (De Trin 11).  Como inmortalidad es el fruto de divinidad y Cristo vino a darnos inmortalidad, es necesario que sea divino (De Trin 15). 

Este Dios Salvador es el Hijo, que existía desde el principio en Dios, y a quien el Padre engendró según su beneplácito antes del comienzo del tiempo, de tal modo que entre el Padre y el Hijo existe una ‘comunión de substancia’  En Cristo, el Hijo de Dios se une al Hijo del Hombre, y esta unión de ambas «naturalezas» es tal que el Hijo de Dios viene a ser el Hijo del Hombre al asumir la carne, y el Hijo del Hombre viene a ser el Hijo de Dios al recibir el Verbo.”[1]

Novaciano, al igual que Hipólito y Origenes, al tratar de mantener la unidad de Dios y a la vez la distinción entre el Padre y el Hijo, resulta con un tipo de subordinacionismo.  Esto es porque ve al Padre como inmutable y sin pasiones mientras el Hijo es capaz de entrar en relaciones con la humanidad.  Así todas las apariencias de Dios en el A.T. no son del Padre, sino del Hijo. 

Como el Hijo es generado por el Padre, hay un sentido en que el Padre era antes de él.  Sin embargo el principio del Hijo está en el Padre y se evita diteísmo.  Si hubiera dos seres no engendrados entonces habría dos Dioses (De Trin 31).  Pero generación no era eterna, sino el Verbo estaba eternamente en el Padre y por una decisión voluntaria del Padre llegó a estar junto al Padre.  El Hijo es un ser “inferior al Padre” o “menor que el Padre” (De Trin 27).  El Espíritu es inferior al Hijo: “Cristo es superior que el Paraclete, porque el Paraclete no recibiría de Cristo al menos que fuera menos que Cristo” (De Trin 16).    

Los Teólogos Científicos

            En Alejandría la escuela de teología que se desarrolló allí fue muy influido por el helenismo de la ciudad, tal como fue Filón algunos siglos antes.  Por esto la teología del Este era más especulativa que la del Oeste.  En el siglo III Clemente de Alejandría era director de la Escuela Catequética allí.  Intentó unir la filosofía de su día con la fe cristiana en un intento de crear un puente entre el Evangelio y el conocimiento gentil.  Tomó como sus fuentes de conocimiento de las cosas de Dio las Escrituras y la razón.  Su interpretación alegórica de las Escrituras abrió el camino para todo tipo de especulación.  A veces ve la filosofía griega como una revelación parcial y a veces como plagio de las Escrituras hebreas.

            Al igual que otros filósofos Clemente enseñó que habían dos clases de doctrina una para los que comenzaron (los fieles) y otra para los avanzados (los con conocimiento). Esto resultó en dos niveles de deber entre los cristianos tanto como dos niveles de conocimiento. El segundo grupo tuvo mas merito debido a sus más grandes deberes.

            Clemente ve a Dios en términos neoplatónicos como más allá de definición.  Pero porque es cristiano ve también a Dios como una Trinidad.  Así junto al Padre desde toda la eternidad está el LOGOS, el principio de todo conocimiento, especialmente conocimiento de Dios.  Es también el principio de toda creación, “sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Jn 1:3).  Pero a la vez, de manera platónica, ve el LOGOS como un ser intermedio entre la unidad inefable de Dios y la multiplicidad del universo.  Llegó a ser encarnado en Jesucristo (Exhort 11; Paed 1:74; Strom 5:16).  Dios utilizó filosofía a llevar a los griegos, tal como utilizó la Ley a llevar a los judíos a Cristo.   

            Para Clemente el LOGOS es eterno (Strom 5:1; 7:1-3).  Enfatiza su subsistencia personal, su unidad con el Padre y su eterna generación.  Pero también es la razón del Padre y subordinado a él.  Distingue entre el verdadero LOGOS de Dios y el Hijo-LOGOS quien apareció en la carne.  Sin embargo también dice “el Padre no es sin su Hijo; porque junto ocn ser Padre, es Padre del Hijo” (Strom 4:162:5; 5:1:3; 7:2:2).   Desde el principio el LOGOS media la revelación divina por estampar la sabiduría en la obra de creación, por impartir a los hombres la luz de la razón, por hacer revelaciones especiales de la verdad y por su encarnación en Jesucristo.  La luz del LOGOS sirve a los gentiles como un paso hacia la luz más plena del Evangelio.

            Pero aunque Clemente atacó docetismo parece que él mismo no era libre de estas ideas.  Según él Jesús “comía, no por causa del cuerpo, que fue mantenido unido por una energía santa, pero para que no entre en las mentes de los que estaban con él a entretener una opinión diferente de él; de igual manera como seguramente algunos después pensaron que él aparecía de una forma fantasma.  Pero fue enteramente impasible, inaccesible a cualquier movimiento de sentimiento.- o placer o dolor.” (Strom 6:9). 

            No desarrolla una doctrina del Espíritu Santo.  Para él el LOGOS era el Iluminador e Inspirador de los creyentes.  Entonces no parece haber papel para el Espíritu.  Sin embargo, le consideró al Espíritu es él que nos atrae a Dios.  Además no tiene duda que Dios es Trino (Exhort 12; Paid I:42; 3:12; Strom 5:14).

            Dios creó todo, pero le dejó a continuar según las leyes de la naturaleza.   
           
            Orígenes quien le sucedió nació en una familia cristiana y para prepararse para su tarea estudió el neo-platonismo de su día como también el gnosticismo.  Era el más erudito y uno de los más profundos pensadores de la Iglesia Primitiva.  Sus enseñanzas eran muy especulativas.  Luchó contra los gnósticos y los monarquianistas, pero su tarea principal era la construcción de un cuerpo sistemático de doctrina cristiana.  Su obra principal, De Principiis, es el primer ejemplo de una teología sistemática.  Parte de sus enseñanzas fue declarada herética, pero una enorme influencia en el desarrollo de doctrina cristiana.  El quiso ser ortodoxo.  Se basó en la Palabra de Dios y la Regla de Fe como una norma de interpretación.  Mantenía que no se debe recibir nada que fue contrario a las Escrituras o una deducción legitima de las Escrituras.  Pero su interpretación alegórica abrió camino a mucha especulación como también su filosofía neo-platónica. 
           
            Sus ideas son muy importantes para el desarrollo de la doctrina de la Trinidad, especialmente como el error más grande en cuanto a la Trinidad (arrianismo) y el defensor más grande de la doctrina ortodoxa (Atanasio) vinieron de Alejandría y ambos pretendieron ser sus fieles seguidores.  

            Origenes habla de Dios como incomprensible, inestimable e impasible sin necesidad de nada.  Hay un solo Dios en el Antiguo y el Nuevo Testamento.  Dios es la causa de todo.  Como su omnipotencia y justicia son eternas en acción, entonces creación es eterna también.  Además todas las almas son eternas también.  El único Dios es primeramente el Padre, quien estrictamente hablando es el único autotheos (autoqeos).  Para mediar entre su unidad y su multiplicidad tiene a su Hijo, su Imagen en que se unen una pluralidad de “aspectos” (C Cel 2:64).  Se revela y trabaja por medio del LOGOS, quien es personal y co-eterno con el Padre, engendrado por él en un hecho eterno (De Prin 1:2:3; 4:28). Así cada idea de emanación o división se rechaza. 

Pero habla en términos de subordinación.  Mientras habla de generación eterna, define la frase de tal manera que enseña no solamente una subordinación económica sino esencial, del Hijo al Padre.  Habla del Hijo como Theos Deuteros (Qeos Deuteros) (C Cel 5:39; In Ioh 6:39:202).  En la encarnación el LOGOS se unió con un alma humana que se había mantenido pura.  Las naturalezas de Cristo son distintas, pero por su resurrección y ascensión Cristo deificó su naturaleza humana.

            Habla del Espíritu Santo como el primer ser hecho por el Padre por medio del Hijo.  Es “el más honorable de todos los seres traído a existencia por el LOGOS, el principal en rango de todos los seres originado por el Padre mediante Cristo” (In Ioh 2:10:75).   Su relación al Padre no es tan cercana como la del Hijo.  Además no trabaja en la creación en general, sino solamente en los santos.  Es un objeto de adoración divina. 

            Los tres son distintos hipostaseis.  Esta palabra, originalmente un sinónimo de ousia, indica subsistencia individua.  El error del modalismo es en ver los tres como numéricamente indistinguibles, separables solamente en pensamiento.- uno no solamente en esencia pero también en subsistencia.  La verdadera enseñanza es que el Hijo es “otro (etero) en sustancia que el Padre” (De Orat 15:1).  “Estos, mientras son dos considerados como personas o subsistencias, son uno en unidad de pensamiento, en armonía y en identidad de voluntad.  Tan enteramente son uno que él que ha visto al Hijo, ‘quien es el resplandor de la gloria de Dios y la imagen misma de su sustancia’ le ha visto a él quien es la imagen de Dios, Dios mismo” (C Cel 8:12).  A veces habla de ellos como uno al igual que un hombre y una mujer en matrimonio.  Pero es claro que es Hijo de Dios por naturaleza y su naturaleza está unida a la del Padre (In Ioh 2:2:16; 2:10:76; 19:2:6).

            A diferencia de los teólogos del Oeste, quienes empezaron con la unidad de Dios, Clemente y Origenes le ven como tres eternamente distintos.  Pero preservan la unidad por decir que la plenitud de Deidad está en le Padre quien a solas es la fuente de Deidad.  “Pero el Hijo y el Espíritu son también en sus grados divinos, poseyendo, aunque derivativamente, todas las características de deidad; distintos del mundo de criaturas, cooperan con el Padre y median la vida divina fluyendo desde él” (De Princ. 2:3:20).  Pero hay un claro subordinacionismo en Origenes que siguió influyendo el pensar griego de la Trinidad.  Esta idea que solamente el Padre tiene plena deidad abrió el camino para Arrio, pero la idea de generación eterna ayudó a Atanasio a proveer el antídoto.

            Clemente y Origenes enseñaron que en la encarnación el LOGOS asumió una naturaleza humana completa, cuerpo y alma, aunque Clemente tiende a docetismo a veces.  Dice que Cristo utilizó comida simplemente a evitar una negación de su humanidad y que no tuvo verdaderas emociones.  Origenes, como hemos visto, dijo que el LOGOS se unió con un alma humana pura desde la eternidad.  Esta alma llena del LOGOS asumió un cuerpo que fue permeado por el LOGOS y con su glorificación casi llegó a ser ubicuito. 

            A pesar de la idea que la doctrina de la Trinidad se debe a metafísica griega, la verdad es que desde el principio la Iglesia había confesado a Cristo como Dios y esto en si llevó a una consideración de su relación con el Dios del A.T., que los ortodoxos siempre vieron en términos de unidad y no distinción.  Además la formula del bautismo en el N.T. (Mat 28:18-20) contenía todos los elementos de la doctrina si no utilizó los términos técnicos.  Como ya hemos dicho, la doctrina de la Trinidad estaba allí desde el principio. 

            Después de Origenes, con la excepción de Pablo de Samosata, todo el Este era oreginista hasta cierto punto.  Aún los que estaban en desacuerdo con detalles de su enseñanza tuvieron una gran deuda con él.  Tal era el caso de Metodio de Olimpo quien se opuso a su doctrina de la eternidad de la creación.  Origenes había argüido  que como Dios era eternamente Creador debe haber una creación eterna.  Metodio enseñó que dependencia indica una imperfección, entonces como Dios es perfecto no necesita la creación para cumplir su perfección.  La conclusión entonces es que creación no es eterna.  Pero al oponer a Origenes en este y otros puntos acepta filosofía platónica y subordinación dentro de la Trinidad.

            Gregorio Taumaturgo de Neocesarea  es un buen ejemplo de un lado del pensamiento origenista.  Un credo suyo que se ha conservado en la biografía de Gregorio
que escribió su homónimo Gregorio de Niza, dice como sigue:

“Un Dios, Padre del Verbo viviente, que es sabiduría subsistente, y su potencia, y su figura eterna; el perfecto que engendra al perfecto, Padre del Hijo Unigénito.
Un Señor, único del único, Dios de Dios, imagen Y figura de la divinidad,
Verbo activo, sabiduría que envuelve la constituci6n de todas las cosas, y poder hacedor de toda la creación, Hijo verdadero del Padre verdadero, invisible del invisible e incorruptible del incorruptible, e inmortal del inmortal y eterno del eterno.
Un Espíritu Santo, que tiene de Dios su subsistencia, y que se manifiesta mediante el Hijo -es decir, a los humanos-, imagen del Hijo, perfecta del perfecto, vida que es causa de los seres vivos, fuente santa, santidad que es guía de la santificación, en el cual se manifiesta Dios el Padre, que es sobre todos y en todo, y Dios el Hijo, que es a través de todos. Perfecta Trinidad, indivisa e inseparable en gloria, y eternidad, y soberanía.
Por lo cual nada hay creado ni sujeto a servidumbre en la Trinidad, ni algo introducido, como si antes no hubiera subsistido, y luego hubiese sido introducido. Y así nunca falta al Padre el Hijo, ni al Hijo el Espíritu, sino que la misma Trinidad es siempre inmutable e inconvertible.”[2]

            Otro tipo de origenismo es representado por Dionisio obispo de Alejandría a fines del siglo III, quien fue acusado por sabelianos a quienes estaba combatiendo, de separar al Padre del Hijo, negar la eternidad del Hijo, no usar la palabra Homoousios y de considerar al Hijo como una criatura, tan distinto del Padre que una vid del labrador (De Sent Dion 14-18; 4).  Dionisio de Roma respondió en términos similares a los de Calixto, rechazando hablar de tres hipostases y manteniendo la unidad del Padre de quien vino el Hijo eternamente. 

            Dionisio de Alejandría repudió la acusación de separar al Padre y el Hijo.  Obviamente son uno como sus títulos implican. Un Padre implica a un Hijo y un Hijo un Padre, y Espíritu implica tanto la fuente de que como el medio por que procede (Atanasio De Sent Dion 17).  Pero se debe retener los tres hipostaseis, como son tres, al menos que disolvemos el trío (Basilio De Spir Sanct 72).  El Hijo es eterno.  Dios siempre era Padre entonces Cristo siempre era Hijo (Atanasio De Sent Dion 15).  Indicó que la palabra Homoousios no era bíblica, pero aceptó su significado.  Padres e hijos son diferentes pero de la misma naturaleza, homogeneos (omogeneis).  Interpretó Homoousios a significar “compartir la misma naturaleza”.  Resumió su posición en la formula “Ambos expandimos el Monad en el Triad sin dividirlo... y de nuevo resumimos el Triad en el Monad sin restar de el” (Atanasio De Sent Dion 17).   
           
            Gonzalez resume y explica el problema bien:

            Esta correspondencia entre los dos Dionisio nos muestra, además de la reacción hacia el «origenismo de izquierda, que se producía en un obispo ante la amenaza del sabelianismo, las dificultades que la diferencia de idiomas planteaba en la comunicación entre el Oriente y el Occidente en cuanto a la doctrina de la Trinidad se refiere. En el Occidente, y a partir de Tertuliano, existía una terminología relativamente fija, según la cual se empleaba el término ‘substantia’, para referirse a la divinidad común del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y ‘persona’, para referirse a cada uno de estos tres. Al llevar estos términos al griego, lo natural era traducir ‘persona’ por ‘prósopon’, que quería decir, además de persona, ‘rostro’ o ‘máscara’. Luego, los orientales tendían a ver en la doctrina occidental ciertas tendencias sabelianistas que no eran de su agrado. En el Oriente, por otra parte, la terminología era aun fluctuante, y los términos de ‘ousía’, e ‘hipóslasis’, eran aun ambiguos. ‘Ousia’ quiere decir, tanto la subsistencia particular de una cosa, como la substancia común de que participan varios seres individuales. La misma ambigüedad existe en cuanto al término ‘hipóstasis’.  Luego, cuando un oriental hablaba -como Dionisio de Alejandría- de tres ‘hipóstasis’, podía no estar estableciendo entre las tres  personas una distinción tan marcada como su terminología podría sugerir. Esta confusión se hacía aun mayor porque tanto ‘ousía’, como ‘hipóstasis’, pueden traducirse al latín por  ‘substantio’.  Luego, cuando un occidental --como Dionisio de Roma- oía a un oriental hablar de tres ‘hipóstasis’, no podía sino interpretar sus palabras en términos triteístas o excesivamente subordinacionistas.  Estas dificultades, que pueden verse ya en la correspondencia entre Dionisio de Alejandría y su homónimo de Roma, continuarán obstaculizando la comunicación entre el Oriente y el Occidente hasta que en el siglo cuarto, tras largas controversias, se aclaren las ambigüedades.” [3]
           
            De nuevo recordamos que el Oeste empezó desde una unidad que a veces parecía monárquica, mientras el Este con ideas neo-platónicas acerca de la jerarquía de ser tuvo un acercamiento pluralista al tema.  Este desacuerdo era teológico al fondo, y no simplemente una confusión de términos, aunque esto también jugo un papel. 

            Pero también se nota la prominencia del subordinismo de Origenes al enfrentar el Sabelianismo.  Simplemente les parecía a los teólogos del Este la mejor manera de proteger la realidad de las Tres Personas como eternas.  Pero estaba abriendo el camino para una de las herejías más grandes de la Iglesia: el Arrianismo.

            Esto se ve en la vida y enseñazas de Luciano de Antioquia.  Hay debate sobre si había uno o dos hombres con este nombre.  Un seguidor de Pablo de Samosato fue excomulgado por largo periodo, mientras otro fundó una escuela como la de Alejandría cuyos discípulos, llamándose “colucianistas” (Epifanio Pan 69:6) eran los principales dirigentes del arrianismo.  Ahora parece que son uno y lo mismo, pero antes el pensar en él como dos personas ayudó a muchos a culpar las enseñanzas de Pablo de Samosata para el arrianismo y no el origenismo de Luciano. 

            A pesar de ser origenista, Luciano rechazó la interpretación alegórica de Alejandría y utilizó un método histórico-gramático.  Esto lo hizo más difícil manipular el texto bíblico a su conveniencia.  Pero sin duda era su origenismo que contribuyó al arrianismo de sus discípulos.



[1] J. Gonzalez Historia del Pensamiento Cristiano pp 228-29
[2] Gregorio Taumaturgo Una Declaración de Fe ANF vol 6 p7
[3] Op. Cit. P 249